- La Real va a luchar en enero por el título de la Supercopa. Usted ya sabe lo que es ganarlo al ser partícipe en la consecución de la primera edición del torneo.

-En primer lugar, me gustaría recalcar que cuando me preguntan sobre los títulos de Liga o de la Copa del Rey, que parece que es de lo que se acuerda solo la gente, yo siempre añado que también ganamos la Supercopa, que era importante en esos tiempos y para el club era un título de prestigio. Yo me acuerdo que Orbegozo (presidente de la Real en aquella época) echó el resto para que ganáramos esa Supercopa. Para nosotros, que no estábamos muy acostumbrados a ganar títulos, fue muy importante lograrlo. Yo diría que tan importante como los títulos de Liga o el de Copa.

Esta temporada la Real forma parte de los cuatro equipos que disputarán su fase final, lo que se convierte en una nueva oportunidad de reeditar aquel éxito.

-Yo creo que, además, a nivel de prestigio y de reconocimiento, se le está dando mucha importancia. Y para el equipo es una oportunidad de que si en el primer partido tiene fallos, que en el siguiente (la final), si se ha clasificado, lo pueda hacer aún mejor. En el primer partido a lo mejor no puedes jugar tan bien sabiendo que en el segundo, de poder disputarlo, lo puedes hacer mejor y dar el do de pecho.

¿Cómo recuerda aquella Supercopa de 1982 ante el Real Madrid?

-Era a doble partido. Primero jugamos en Madrid, donde perdimos 1-0. Pero en esa época nos sentíamos capaces de ganar a cualquier equipo y, aunque nos costó, en el segundo partido fuimos muy superiores en la recta final del tiempo reglamentario, en la que tuvimos ocasiones de marcar, y en la prórroga, que es donde llegó el éxtasis. Yo tuve la suerte de marcar un gran gol y de dar un pase de gol también.

Un gol, como dice, de bella factura.

-Sí, fue un córner que saco en corto a Txiki Begiristain, y acabo metiendo el balón por la escuadra.

¿Tenían preparada la jugada?

-No exactamente. Yo llamé a Txiki para que me sacara en corto, hago una pequeña conducción hacia el área y luego golpeo con toda mi alma a la escuadra. Con mi disparo casi doblo la mano del portero, Agustín, aunque igual no fue para tanto, pero lo cierto es que él toca el balón aunque no lo para. Fue un gol bonito. Además, cuando hay goles importantes siempre se acaba sacando esas imágenes.

Una imagen, por cierto, que se puede ver en YouTube.

-Sí, yo fui precisamente quien subió el vídeo a YouTube y casi siempre sale en los reportajes de aquella época.

Uno de los goles más importantes de su carrera, junto con el de la final de la Copa, ¿no?

-Bueno, yo no era un goleador, aunque al final acabé siendo el tercer máximo goleador de la Real, con 129 tantos. Lo cierto es que a mí me gustaba más dar el gol que marcarlo. Eso sí, en ese momento, cuando marcas ese fantástico gol, lógicamente le das importancia. Pero yo siempre digo que el mejor gol que marqué lo hice en el Bernabéu con la pierna derecha. Pero, por la trascendencia, este gol y el de Zaragoza fueron goles importantes, aunque mi juego era más intentar dar asistencias.

El partido de vuelta, disputado en Atotxa, dio mucho de qué hablar también por los incidentes acaecidos, pero, según cuentan los cronistas de la época, la 'encerrona' del Bernabéu fue aún mayor.

-Lo que pasa es que el Madrid siempre ha sido nuestro gran rival en todos los aspectos. Primero, en el año de la imbatibilidad, que perdimos en Sevilla, donde no solo perdimos allí la Liga, sino que la perdimos también en el Bernabéu, donde íbamos ganando 0-2 y, al final, digamos que con un arbitraje un poco especial, acabaron empatándonos a dos y perdimos la Liga. El Madrid, que era un equipo muy luchador y complicado, siempre fue difícil de batir porque los árbitros tiraban más hacia ese lado. Entonces las encerronas iban por ahí. En el terreno de juego había ese juego viril, agresivo, que, al final y al cabo, es lo que se llevaba en esa época.

En ese sentido, en Atotxa fueron expulsados dos jugadores del Madrid. Uno de ellos, Juan José, por propinarle un cabezazo a usted.

-Había muchas trifulcas en esos momentos. Había entradas alevosas; a veces te levantabas enfadado, pero te seguían apretando, por decirlo de algún modo... Yo creo que esas expulsiones eran muy lógicas y, sobre todo, en esos tiempos, en los que para que expulsaran a un jugador casi te tenían que matar. Con esto quiero decir que Juan José tanto en ese partido como en muchos otros me habría dado bien, y al final no aguantó más y acabó expulsado. Como los demás laterales derechos de entonces, me marcaba al hombre y me perseguía por todo el campo. Cuando yo cogía el balón y le regateaba, él que era un torito iba al bulto y a veces te hacía daño, otras no te pillaba, pero al final perdería los nervios. Me habría hecho ocho o nueve entradas duras y a la décima... pues no aguantó más y acabaría expulsado. No recordaba que fue en ese partido cuando le expulsaron.

Un fútbol, por lo que cuenta, muy diferente al de la actualidad.

-Sí, sobre todo, porque era más permisivo por parte de los árbitros. El otro día escuché al padre de Neymar decir que le habían hecho siete u ocho entradas antes de que le lesionaran y seguramente no fue verdad. Ahora en el fútbol a la primera o a la segunda ya sacan una tarjeta si es una entrada alevosa; antes te tenían que hacer, a lo mejor, diez entradas para que sacaran la tarjeta. De hecho, estoy intentando recopilar algunas de las entradas que me han hecho para colgarlas en las redes sociales y demostrar que antes se jugaba muy duro.

Viendo todo lo que significó aquello, que la Real pueda lograr ahora de nuevo este título sería muy importante para el club y una afición txuri-urdin cada vez más ilusionada...

-La Real le tiene que dar mucha importancia a cualquier título, sea la Liga, que puede ser el más importante, Copa del Rey, Supercopa, Champions o Europa League. La Real tiene que intentar conseguirlos porque a la afición le ilusiona y le gusta que su equipo sea merecedor de un título. De hecho, la Real está jugando muy bien ahora, está encandilando en todos los rincones y sería hasta lógico que este equipo pudiera ganar un título.

Esta Real de Imanol, al menos, está mostrando sus credenciales para poder lograrlo.

-Va a ser difícil, pero está cerca. Tiene la final de la Copa del Rey; ahora hay una fase final de la Supercopa... Por lo tanto, no está tan lejos de conseguir un título. En el campo hay que demostrarlo, y la Real ha demostrado que sabe jugar ese tipo de partidos. Luego, a la hora de la verdad, hay que templar los nervios, hay que saber jugar con presión e intentar ganar.

La temporada, eso sí, más ilusionante no puede ser.

-No solo esta temporada. La campaña pasada también lo fue ya solo por el buen fútbol que hizo. Es un equipo, además, con muchos jóvenes y canteranos. A todos nos gusta que haya chavales de la cantera, con Oyarzabal como estandarte, aunque también está bien que haya alguna figura, llámese David Silva o la temporada pasada Odegaard. Es importante también que los canteranos tengan presente que los jugadores de fuera son de calidad y que son tan humildes como puede serlo un canterano. Esta es la clave del éxito de la Real; que Silva haya sabido adaptarse a la plantilla.

¿Quién podría ser el López Ufarte de esta Real?

-Yo siempre digo que los de ahora son mejores que los de antes. Por identificarme con alguno, lo hago con el fútbol de Silva; ese juego entre líneas, de filtrar balones, de meter algún gol de vez en cuando, aunque yo, como ya he dicho, metí bastantes según dicen las estadísticas.

¿Y qué análisis hace de los jugadores con los que cuenta Imanol?

-Lo más importante es el equilibrio que existe en la plantilla. La defensa ha mejorado mucho; la pareja Aritz-Le Normand se está consolidando y es casi infranqueable, a pesar de que hay lesiones, pero salen Zubeldia y Sagnan y también lo hacen bien. Hay un centro del campo maravilloso, con Merino destacando. Y arriba tenemos pólvora en cualquier sitio, en la derecha, en la izquierda y en el centro, aunque Isak está un poco perdido con el gol, pero es un gran jugador.

Por lo tanto, podemos celebrar un título en la presente campaña.

-Sí, eso sería lo mejor. De momento, nos podemos conformar con el buen juego de la Real y la ilusión que desprende el equipo. Y si se consigue un título, sería fantástico para todos.