Jokin Aperribay quiso restar importancia a las bajas de Silva y Oyarzabal nada más aterrizar en suelo italiano. La expedición realista viaja ilusionada: “Sabíamos que hasta el último partido no se iba a resolver el grupo. Los dos partidos de mañana son complicados, tanto el de Rijeka como el nuestro y vamos a por todas”. Aunque la empresa es complicada, ven al equipo capaz de lograr la hazaña: “No hemos tenido una conversación de transmitir optimismo ni nada. Ya sabía que no iban a venir ni David ni Mikel, y para mí no era una sorpresa. Estamos en una línea muy parecida a la de los demás partidos. Han trabajado muy bien el choque y tenemos las ideas claras. Es verdad que al fútbol se gana, se pierde y se empata, pero la Real está en una línea que no le afecta un resultado especialmente. Sí sabemos que es un partido muy importante en el que nos jugamos una clasificación, un partido de matar o morir, y estos partidos también son bonitos para seguir construyendo Real Sociedad. Son muy importantes para el presente y para el futuro.

De antemano, no existen las excusas: “El equipo tiene que estar preparado para este tipo de cosas. Esto te puede pasar ahora, cuando juegues la final de Copa o cuando nos estemos jugando cosas importantes, de nada sirve lamentarnos. No es un tópico ni una excusa, quizás porque estaba asumido ya hace tiempo. También estamos echando de menos a Illarramendi toda la temporada, Luca tampoco ha podido participar, y Guridi lo estaba haciendo fenomenal. A ver si podemos recuperar a todos cuanto antes”.

Caer no supondría un fracaso para la entidad: “Yo creo que no, con la temporada que estamos haciendo. En fútbol hay que hablar de construir, y la Real quiere ser de los mejores de lunes a viernes. A partir de ahí construir y desarrollar talento y dar oportunidad a los jóvenes. De lo que se trata es de ser cada día mejores y esa es la idea que hay que seguir”.

Ni, al parecer, una decepción: “No puede ser una decepción venir a Nápoles y no ganar. Pero no hay que convertir las derrotas en decepciones sino en oportunidades para aprender. Sabíamos que el grupo es difícil, pero venimos a ganar. Si lo conseguimos, no habremos ganado la final del Mundial, sino un partido más; y si perdemos, habremos perdido un partido que habrá servido para aprender, y para saber también cómo se juega ese tipo de partidos”.

El presidente no piensa estar pendiente de Rijeka: “Si puedo ver el tiempo que se lleva disputado de nuestro partido, apago el teléfono; si no lo apago, es porque me gusta saber cuánto llevamos jugando. Nosotros nos jugamos el partido en Nápoles, y no podemos esperar nada de nadie. Estamos tres para dos plazas. Pero nosotros tenemos que salir con la máxima ambición”.

Aperribay tiene claro su deseo: “Cuando yo me imagino deseos es algo que veo más a medio plazo que a corto. Así como las victorias me dan alegrías, pero me dan más a pensar y mirar al futuro; las derrotas, también. El deseo por supuesto que es ganar, el deseo y el convencimiento. Es un partido bonito, para seguir construyendo y para ganarlo. Un partido para aprender y para mirar al futuro”.

Optimismo. Nacho Monreal cree que afrontarán un gran reto: “Yo confío en el equipo. Estamos haciendo una temporada muy buena, con un gran juego. Es una buena prueba para saber dónde estamos. Si nos encontramos acertados de cara a puerta, vamos a tener muchas posibilidades de conseguir un buen resultado”. En el entorno hay pesimismo por las bajas de Oyarzabal y Silva: “Somos conscientes de que son dos bajas muy importantes. Nos dan mucho en juego asistencias y goles. Les vamos a echar de menos. Los dos que les sustituyan lo van a dar todo y lo van a hacer bien. Lo mejor de este equipo es que el que entra siempre responde. Todos somos conscientes de que sumamos. Nos jugamos muchísimos. Si ganamos, pasamos, y vamos a darlo todo para lograrlo. Somos un equipo con mucha hambre”

“Venir a Nápoles y perder no sería una decepción, y caer eliminados tampoco; nos servirá para aprender”

Presidente de la Real