- Mario Hermoso sigue siendo el central preferido para la dirección deportiva txuri-urdin. El problema estriba en que el posible tercer intento de contratación de la Real del ahora defensa del Atlético es una operación costosa y compleja. De primeras, porque ahora ya ha dado el salto al selecto club de los gigantes en el Wanda, como lo acredita que su club pagó la temporada pasada 25 millones al Espanyol por hacerse con sus servicios. Esto motiva, como es lógico, que sus emolumentos sean proporcionales a la inversión y cuente con una ficha bastante alta.

Por el contrario, en la cara positiva se encuentra que, a día de hoy, es el cuarto central de la plantilla, por lo que no está nada contento de su etapa colchonera hasta la fecha y la campaña que viene necesita tener minutos si pretende cumplir el sueño de entrar en la lista definitiva para la Eurocopa. Tanto Luis Enrique como antes Robert Moreno confían plenamente en él, pero está obligado a jugar si pretende hacerse un hueco en la convocatoria, sobre todo si Iñigo Martínez continúa a ese nivel y Pau Torres se confirma tras su esplendorosa irrupción de esta temporada. Además, al igual que con Florentino Pérez, Jokin Aperribay mantiene una extraordinaria relación con el máximo accionista rojiblanco, Gil Marín, al que suele reservar siempre una noche para cenar juntos cada vez que acude a Madrid. La relación es fluida y de confianza, como lo demuestran las dos últimas operaciones que han cerrado juntos, como la venta de Griezmann y el fichaje de Ángel Correa, que el dirigente debarra tenía atada por 12 millones y que se fue al traste en el verano de 2017 por la sanción de la FIFA que impidió a los del Wanda reforzarse en dos ventanas de mercado.

Pero no es sencillo. Primero hay que convencer al jugador, quien, al parecer, siempre veía con buenos ojos el interés donostiarra. Al menos hasta antes de recalar en todo un Atlético. Después, como es lógico, la entidad colchonera no va a regalar a un futbolista por el que la pasada campaña pagó 25 millones y su intención será recuperar gran parte de su importante inversión (en realidad su cláusula ascendía a 40 millones). La otra puerta sería una cesión con opción de compra, que sin duda encajaría mucho más en lo que es una economía en crisis como la que se avecina y con la obligación de apretarse el cinturón para la próxima campaña. Sin olvidar que la irrupción de Pacheco, del que hablan auténticas maravillas, está más próxima que lejana en el tiempo. Lo que está claro es que el perfil de Hermoso es un poco el que está buscando en el mercado la Real para reforzar el flanco izquierdo de su zaga. Que milite en la Liga, con experiencia y contrastado. Ahí también entra el espanyolista Cabrera, que cambió el Getafe por el Espanyol en el pasado mercado de invierno previo pago de 12 millones de euros y que, como informó Marca, también está en la agenda de la dirección deportiva.

Hermoso es un viejo objeto de deseo realista. El madrileño, de 25 años y zurdo, era el elegido para sustituir a Iñigo Martínez si se hubiera marchado al Barcelona en el verano de 2017, antes de recalar en el Espanyol. La temporada siguiente lo volvieron a intentar, tal y como lo confirmó el propio Aperribay: "Nos interesaba e hicimos una comunicación con el Espanyol, pero nos dijeron que no querían venderlo". Este verano buscarán el más difícil todavía, ficharle cuando milita en el Atlético. Ahora es el cuarto central para Simeone, detrás de Felipe, Savic y Giménez.

Cuentan desde su entorno que es el jugador que más broncas se ha llevado esta campaña del técnico, al ser un central al que le gusta salir con el balón jugado. Es decir, que encaja a la perfección en la atractiva apuesta de Imanol.

Los dos intentos anteriores realistas por hacerse con sus servicios en los veranos de 2017 y 2018 fracasaron y ahora parece más complicado