- Estábamos avisados: la noche iba a ser una locura. No estamos acostumbrados a tanta adrenalina en tan poco tiempo. Porque los 90 minutos, en la jornada 38, parecen 25. Siempre pasa igual: el descanso llega cuando todavía estás haciendo números de cómo tiene que irte la cosa para conseguir tus objetivos. Y después, vienen las segundas partes, que, por vez primera, fue buena para la Real. Esta es la película de La noche de los transistores.

Comienza el baile

El primer tramo de la película fue aburrido, de tanteo entre los protagonistas. Se miraban de reojo pero sin atreverse a entrar al lío. A los goles decisivos por Europa. El cerocerismo campeaba tranquilo por todos los escenarios clave (Wanda, La Nucía, Sánchez Pizjuán y el Nuevo Los Cármenes) hasta que Soldado removió el árbol de la clasificación. El delantero del Granada aprovechó un indecente fallo del centro del campo del Athletic, que, con un pase atrás sin sentido, deja al atacante nazarí solo ante Herrerín. Cuando el Granada celebraba el 1-0 llegó el gol del Atlético de Madrid. La Real, entonces, cayó de Europa. Un gol. Era lo que necesitaba el equipo de Imanol para conseguir el billete. El volumen del transistor aumentaba en el Wanda. Un tanto del Getafe en Alicante también valía.

Barra de VAR en Alicante

A la vuelta de vestuarios, toda Gipuzkoa miraba de reojo a Alicante. El Athletic ya perdía 2-0 al minuto 55, y los leones parecían cachorros, con lo que el capote ajeno debería llegar desde La Nucía. En ese mismo minuto, pero en Sevilla, el Valencia, grogui desde hace semanas, cayó a la lona con un gol de Reguilón.

Sin embargo, ver el partido del Levante era un suplicio. Por sufrimiento. Hasta cuatro veces entró el VAR para anular goles de unos y otros. Con el paso de los minutos, el filme se pasó a la sección de terror.

La vida es bella... y de Easo

La noche de los transistores estaba camino del drama. La Real comenzó a ponerle poca cabeza y todo corazón. Y con ese espíritu, Januzaj, reapareció ayer en escena para ser protagonista con un gol a tres minutos del 90 que recordó a los donostiarras que, a pesar del sufrimiento, la vida es bella... y de Easo. La celebración txuri-urdin ya apagó las radios, aunque todavía se cantaron dos goles más del Granada, otro que se va de viaje a Europa, y uno del Levante, que dejó al Getafe al borde de un ataque de nervios.

La Real estuvo 58 minutos fuera de Europa, pero, con más corazón que cabeza, acabó por completar una dura película con final feliz

La introducción del VAR marcó la noche: alargó más de diez minutos varios partidos y anuló cuatro goles en La Nucía