- Instalación casi inmediata de cintas estáticas para correr en los domicilios de los futbolistas. Un rápido movimiento para anunciar la rebaja en las cuotas de los abonados. O aquel intento, ley en mano, de adelantar el regreso a los entrenamientos. Desde que se desencadenó la crisis sanitaria, la Real ha demostrado saber amoldarse a la situación generada, una circunstancia reforzada por las gestiones que vienen produciéndose en los despachos de Anoeta durante las últimas semanas. Según ha podido saber este periódico, el club txuri-urdin trabaja desde hace más de un mes en el hipotético escenario de que Anoeta pueda albergar público esta misma temporada.

La posibilidad ha salido a la palestra en los medios estatales a raíz de una solicitud del Las Palmas para abrir las puertas de su estadio dentro de diez días, en el partido contra el Girona. Sorprendentemente, las autoridades sanitarias dependientes del Gobierno central no han descartado que los aficionados puedan volver a los campos de aquí a final de curso. Pero el proceso, de seguir adelante, resultaría paralelo para todos los equipos de Primera y Segunda División. En aras de preservar la integridad de la competición, Consejo Superior de Deportes, Federación y Liga imponen que, si se produce, la buena noticia tenga una fecha unánime de partida. Y esta apuntaría al lunes 22 de junio, primer día susceptible de contar con todo el territorio estatal ya en fase 3. Es decir, la fase de la desescalada que permite la celebración de espectáculos con público y aforo reducido.

Si esta opción temprana de meter gente en los estadios ha visto la luz pública hace solo días, ¿por qué trabaja la Real en ella desde hace tiempo? La contempla "desde hace más de un mes", señalan fuentes autorizadas del club, que no consideran la labor que ya tienen adelantada un alarde de optimismo. "Más que de optimismo, se trata de un movimiento de previsión". Estiman que es la obligación de la entidad estar preparada para cualquier situación futura. Y, en lo referido a la presencia de espectadores en los estadios, parece claro por dónde podrían llegar las novedades. Asumida de antemano la disputa de partidos a puerta cerrada, curarse en salud implica, necesariamente, prever un escenario en el que se dé luz verde a abrir las puertas de los recintos futbolísticos.

Según ha podido saber este diario, las reuniones que se han sucedido al respecto en la Real han cerrado una necesaria labor de base, que ahora queda a expensas del formato en que llegaría esa hipotética autorización. "No es lo mismo poder abrir Anoeta para cuatro partidos que para dos. No es lo mismo hacerlo con un 30% de aforo disponible que con un 15% o con un 50%". Se han explorado ya las diferentes vías mediante las que se encararían los problemas derivados de la situación, atendiendo el principal a la designación de los socios que podrían acudir a cada encuentro. En el club entienden que, por un lado, tocará llegado el caso solicitar comprensión a los abonados, pues no todos asistirán a los partidos. Pero también creen haber dado ya con fórmulas que ayudarían a repartir con acierto, entre la masa social, la asistencia a los duelos de la presente Liga.

¿Cuántos serían? Atendiendo a la mencionada fecha del 22 de julio, nunca más de cuatro. La Real jugará en casa sin público contra Osasuna y Real Madrid. De poder hacerlo con aficionados en la grada, lo haría a partir del duelo ante el Celta. Luego visitarán Donostia, por este orden, Espanyol, Granada y Sevilla. En lo que respecta al aforo, mientras, la normativa gubernamental respecto a espectáculos en la fase 3 contempla un 50%. Pero este porcentaje, trasladado a la magnitud de los estadios de la Liga, provocaría aglomeraciones importantes y poco recomendables, por lo que el guarismo apuntaría a inferior. Anoeta tiene capacidad para 40.000 espectadores, y por ejemplo albergaría a 10.000 en caso de permitirse llenar un 25% de los recintos.

El club txuri-urdin espera acontecimientos con la tranquilidad que da tener los deberes hechos, a falta de pinceladas finales en caso de producirse la luz verde, que vendría acompañada de unas condiciones concretas a las que adaptarse. Son conscientes en la entidad txuri-urdin de que el asunto debe cocinarse en altas instancias, con reuniones multilaterales entre autoridades sanitarias estatales, Liga, Federación y unas comunidades autónomas que recuperarán el mando en sus territorios al entrar en la fase 3. En cualquier caso, y pese a lo complejos que siempre resultan estos movimientos, en la Real piensan que la luz verde a la apertura de los estadios este curso no supone ahora mismo una opción descabellada.

Subrayan que primero se habló de una Liga 2020-21 a puerta cerrada. Destacan que después se reconoció la posibilidad de empezarla con público, en septiembre. Y recalcan que, dentro del respeto y la cautela que exige una situación de pandemia, no puede descartarse que el fútbol tenga público, con aforos reducidos, de aquí a unas semanas. Hace apenas un mes y medio, el simple hecho de terminar la Liga parecía una utopía, y sin embargo la reanudación espera a la vuelta de la esquina.

El club ha explorado fórmulas para, llegado el caso, designar qué socios acuden a unos encuentros y a otros

La luz verde nunca llegará antes de que todo el Estado alcance la fase 3, por lo que Osasuna y Madrid jugarán en Donostia a puerta cerrada