aixo afición txuri-urdin! Jugué en el primer equipo de la Real durante tres temporadas. Y solo hice un gol. El periodista que me ha encargado escribiros esta carta no me deja contar dónde lo marqué. Dice que la pista resultaría definitiva. Sí puedo explicar que aquel tanto lo anoté en mi última campaña como blanquiazul, solo meses antes de protagonizar un traspaso que hoy en día llamaría mucho la atención. Ya entonces tuvo su cosa. Ahora, directamente, llevaría al aficionado a pensar en un bulo. Aunque, puestos a pensar, conozco a excompañeros que han protagonizado hace nada noticias similares. Y estas no tenían nada de falso. Eran verídicas al cien por cien.

No fueron sencillos aquellos tres años. Conocí en ellos a cuatro entrenadores distintos. ¿Que a cuál guardo más cariño? Complicada pregunta. Supongo que al que me hizo debutar en Liga, proporcionándome a partes iguales la oportunidad de mi vida y un pequeño gran marrón. El partido era de los considerados trampa. Sobre el papel, en Anoeta tocaba ganar. Pero, en esto del fútbol, rara es la ocasión en la que la teoría se ajusta a la práctica. El rival, recién ascendido a Primera, empezó pasándonos por encima. Y sufrí como pocas veces he vuelto a hacerlo sobre un campo. El resultado final (1-1) pudo llamar la atención. El transcurso de las jornadas, sin embargo, lo convertiría en una circunstancia más lógica. Aquel renovado equipo txuri-urdin poco tenía ya que ver con sus versiones precedentes.

Tras abandonar el club he defendido seis camisetas distintas. Y con una de ellas pude regresar a Anoeta en su día. Dos veces además. Algún aplauso me dedicasteis cuando recitaron las alineaciones. Pero ahí quedó la cosa. Lo entiendo. Bastante teníais entonces con lo vuestro. Aquellos dos partidos se disputaron en la misma temporada. Y en ambas ocasiones os marchasteis muy disgustados a casa. Hoy, sin embargo, seguro que lo recordáis todo desde otra perspectiva. Por un lado, por fin habéis roto ese maleficio que arrastrabais desde hacía décadas. Además, el excompañero que ejerció de verdugo en Anoeta ya ha saldado la deuda que entonces contrajo con la Real. Amigos, me despido como uno más de todos vosotros. Os he escrito en segunda persona del plural, pero en realidad soy como cualquier otro txuri-urdin. Sigo a mi equipo siempre que puedo. Desde muy muy cerca.