El fútbol es un juego imprevisible. La práctica se encarga a menudo de desmentir lo que dicta la teoría. Así que no puede descartarse que la Real solvente su partido de esta noche con cierta holgura. Como tampoco debemos desestimar la opción de que el Valladolid salga de Anoeta con los tres puntos y varios goles anotados. Los cánones a los que sobre el papel debe ajustarse el partido, sin embargo, apuntan a un encuentro cerrado, que haría bien el aficionado txuri-urdin en encarar con la paciencia por bandera. A la exhibición del pasado sábado contra el Valencia, en un duelo abierto que repartió adrenalina por doquier en las gradas, le seguiría hoy una contienda de ritmo más lento y pausado. ¿O no? Todo va a depender de cómo se muevan Imanol y Sergio González para lograr sus respectivos propósitos.

Parte con ventaja el técnico del Valladolid. Por aquello de que "destruir siempre es más fácil que construir". Los pucelanos no van a renunciar en Anoeta a su bloque bajo en claro 4-4-2, de líneas muy juntas y seleccionadísimas presiones altas. Serán las menos las ocasiones hoy en las que el cuadro blanquivioleta deje espacios a sus espaldas, y los más los lances en que espere a la Real dejando hacer a los txuri-urdin en línea defensiva. No le va mal así. Porque recibe muy pocos goles, 28 en 25 partidos (la sexta mejor estadística de la Liga), y porque rentabiliza de este modo su pobre bagaje anotador (solo ha hecho 22 dianas, menos de una por encuentro).

En la clasificación defensiva del torneo, solo Real Madrid, Atlético de Madrid, Athletic, Sevilla y Getafe superan por este orden al Valladolid. Es decir, que las cifras del Pucela a este respecto son mejores que las de la propia Real (31 goles encajados) y que las del mismísimo líder de la competición, el Barcelona (29). Sirvan los datos para reflejar la dificultad de un partido cuyo perfil resulta similar a otros que se han atragantado esta temporada en Anoeta.

Se atravesó igualmente el encuentro de la primera vuelta en el Nuevo José Zorrilla, una igualada sin goles que también ofrece pistas sobre por dónde van los tiros con este Valladolid. Los de Sergio han perdido menos del 33% de los encuentros ligueros que han disputado (ocho de 25), un logro basado en la elevada cantidad de empates conseguidos (once). Esto les ha permitido alzar el vuelo gracias a sus únicas seis victorias, que completan un bagaje satisfactorio a día de hoy: el colchón respecto a la zona de descenso es de siete puntos. La Real se enfrenta esta noche a una roca, ante la que la insistencia y la paciencia se antojan fundamentales. Así se comportaron los txuri-urdin en Pucela. No les dio para ganar. Pero generaron bastantes más ocasiones en la meta rival que cualquier adversario anterior del Valladolid. El camino parece marcado.