donostia - Hablaron ayer los dos entrenadores en rueda de prensa. Uno en Zubieta. El otro en Lezama. Y difirieron al tratar el asunto de la resaca copera. "Para qué te voy a engañar. Lo del jueves sí que afecta", confesó Gaizka Garitano, un par de horas después de que Imanol negara la mayor. "No. Para nada. Los jugadores son conscientes de que ahora solo importa el siguiente partido. Así es el fútbol. Logras cosas importantes y no las puedes ni disfrutar". Escuchando a los técnicos, el aficionado de a pie podría llegar a intuir un derbi desequilibrado, con los futbolistas de la Real apretando como motos y los de Athletic saboreando aún su victoria de hace tres días contra el Barcelona. Desgraciadamente para el seguidor txuri-urdin, afortunadamente para el rojiblanco, tiene toda la pinta de que la balanza hoy en Anoeta va a lucir mucho más igualada.

trayectorias Porque la Liga sigue importando. Vaya que si importa. En esto sí coincidieron Imanol y Garitano. En que continuar sumando puntos en el torneo supone una necesidad para sus equipos. La Real solo ha logrado tres de los doce que se han puesto en juego tras el parón navideño. El Athletic, mientras, arrastra una racha tan insuficiente como significativa: cinco de 21, merced a sendos empates. Los rojiblancos forman una escuadra dura de roer, competitiva, pero a la que también le cuesta imponerse. De ahí la elevada cifra de igualadas que cosecha. El caso es que guipuzcoanos y vizcainos se convirtieron durante el pasado otoño en habituales inquilinos de las posiciones europeas de la clasificación. Enero y el inicio de febrero, época marcada también por una Copa que ha sonreído a ambos, ha implicado mientras que sus respectivas situaciones en la tabla hayan descendido. La jornada comenzó el viernes con la Real octava y el Athletic noveno. A ambos les conviene levantar el vuelo. Porque la sed de Copa ya solo se sacia con el título. Y únicamente hay trofeo para uno de los cuatro supervivientes.

la real, con dudas Imanol convocó ayer a todos los futbolistas disponibles de la primera plantilla, exceptuando al tercer meta Andoni Zubiaurre (jugó ayer con el Sanse). Diego Llorente no llega a tiempo al derbi. Tampoco un Illarramendi que no apunta a reaparecer en el corto plazo. Y causa baja igualmente Zurutuza, quien ya dispone del alta médica pero no ha adquirido aún ritmo de juego en los entrenamientos. Odegaard regresó el jueves de Madrid con un fuerte golpe en el muslo. Aritz Elustondo, acalambrado. Y Le Normand acusando los efectos de varias contusiones recibidas. Con el centro de la defensa como foco de los posibles contratiempos, el entrenador tiró ayer del filial para incluir en su lista de 21 convocados al zaguero Jon Pacheco (se estrena en una citación) y al centrocampista Zubimendi.

el once El de este derbi puede suponer el once más complicado de detectar en todo lo vivido de temporada. Por un lado están las secuelas de la batalla del Bernabéu. Por otro, la ilusionante perspectiva de una semifinal, a cuatro días vista. Zubeldia podría retrasar su posición. Y Guevara ser titular para ayudar a girar a un Athletic de frecuente presión alta. Los ingresos de Zaldua y Portu implicarían las restantes novedades de una alineación muy susceptible, en cualquier caso, de verse afectada por más movimientos. No se trata tanto de rotar como de sacar al campo un equipo de garantías en lo físico. Porque la Real propone lo que propone. Y necesita ritmo. Piernas frescas.

el rival Más de lo mismo sucede con el rival, un Athletic que ayer confirmó dos nuevas bajas a la ya conocida del sancionado Iñigo Martínez. Raúl García y Yuri Berchiche, ambos con molestias tras el partido del jueves contra el Barcelona, se quedaron en Bilbao. También Óscar de Marcos, ausencia médica de larga duración. Sin el central ondarrutarra, Gaizka Garitano apunta a regresar a una línea defensiva de cuatro. Apunta igualmente a agitar el árbol del once para asegurar la capacidad de los suyos a la hora de ejecutar el plan. Este Athletic necesita apretar alto y robar en posiciones adelantadas. Si no lo logra se queda algo cojo y carente de mordiente.