-Bien. Fue poco pero lo suficiente como para tener que parar. Además, tuve la mala suerte de que me cogió la Copa por medio y al final me perdí tres partidos, que es una faena. Da más rabia porque no depende de ti.
Curioso que no entrara en las rotaciones.
-Sí, había mucho tocado. Alguien tenía que salir. Yo no dije nada porque quería jugar.
Salió cargado ante el Betis entonces.
-Sí. Es que contra el Madrid hicimos un gran esfuerzo. La gente jugó a mucho ritmo en ese partido, sobre todo en la primera parte. Y ahí ganamos el partido. En la segunda ellos bajaron, nosotros seguimos y ahí es donde nos llevamos el choque.
¿Firme aspirante a entrar en el once?
-Los 25 que estamos queremos eso. Llevo ya dos semanas entrenando a tope y estoy bien.
Minuto y resultado de la temporada.
-Este año es verdad que ha pasado la primera vuelta y nos encontramos todos ahí; está la Liga rara. Hay equipos que a priori iban a estar arriba y están abajo y en pocos puntos seguimos muchos equipos. Hasta el final no quedarán las cosas claras y espero que cojamos una buena velocidad de crucero y saquemos la temporada adelante. Es cierto que el último partido fue una faena, el empate, porque a priori piensas que eres superior, estás jugando contra el colista en casa y crees que va a ser fácil, pero al final no lo es. Se te complican las cosas, ellos tienen las ideas muy claras y contra un equipo en el que ocho se te meten atrás es muy difícil marcar.
Casi no hicieron ninguna ocasión.
-Es verdad. Los datos ahí están. Es así.
¿Qué sensación tenían al final?
-Hay cosas que tenemos que mejorar. No estamos acostumbrados a jugar con equipos que defienden con cinco atrás y tres en el medio y ahí hay automatismos que tenemos que aprender porque hay muchos equipos que juegan así. Luego es verdad que el campo no ayuda. El césped está muy inseguro para lo que nosotros queremos.
O sea que Aspas tenía razón al criticarlo.
-Sí, está mal para todos. Nosotros jugamos siempre en este campo y Aspas juega una vez al año. Bueno, este año dos. El domingo sentimos frustración y si estás fuera más porque no puedes ayudar. Pero yo al equipo le vi intentándolo. Es verdad que no teníamos el día lúcido en los últimos metros, el último pase. Por otro lado, diría que el equipo estuvo paciente, esperando, no se puso nervioso. Porque hay otros partidos en los que empezamos a volvernos locos y en este le vi al equipo con pausa, seguridad y pensando: Si seguimos vamos a meter. Pero no pasó.
¿Observa demasiada negatividad en el entorno?
-No lo sé. Yo no. Tampoco estoy muy pendiente de lo que se dice. Dentro del vestuario la gente está trabajando bien. Hay caras alegres, comprometidas, veo gente que hace esfuerzos que antes costaban, están implicados? Veo al equipo con ambición y creo que esa es la base de todo. Luego te pueden salir las cosas o no, eso no depende de uno mismo. Hay días que salen y otros no. Pero la actitud y la predisposición es buena.
¿Qué balance hace de la temporada?
-Muchos altibajos. Ha habido dos entrenadores. Empezamos con Asier (Garitano), y no nos adaptábamos a lo que él quería, nos costó. Incluso a él. Porque creo que es una fusión del entrenador y los jugadores. Poco a poco avanzamos pero al final se cambió. Imanol acaba de empezar. Llevamos cuatro partidos y los de Copa. No hemos perdido, de doce hemos sacado ocho puntos. Es verdad que el fin de semana pasado no ganamos y estás con ese sabor de boca, pero yo quiero creer que estamos en una tendencia ascendente.
¿Mira hacia abajo o hacia arriba cuando consulta la clasificación?
-Cuando perdemos no la miro y cuando ganas? como todos supongo (risas).
Los números en Anoeta son inaceptables.
-Es que este año, no sé por qué, igual es el césped o qué, no estamos como otros años. Es importante lo de casa si quieres estar arriba; tiene que ser un valor seguro. Esperemos que cambie.
La moral de la afición está muy tocada porque no vuelve a casa contenta.
-Claro que sí, pero no hay que obsesionarse. Nosotros lo último que tenemos que hacer es pensar en eso. Tienes que tomarte cada partido como es. Yo prefiero no hablarlo entre nosotros porque entonces parece que hay un problema. No me he planteado que fuera estamos ganando y en casa no. Parece que vemos la botella medio vacía. También puedes decir: Qué bien estamos fuera. Pero lo que decía Asier (Garitano) es verdad.
¿El objetivo sigue siendo Europa?
-Siempre preguntáis esas cosas. ¿Por qué no me preguntas por el título por ejemplo (risas)? No me planteo nada, solo competir en cada jornada. Veo a equipos fuertes y a la Real cada vez más fuerte. Tenemos que acabar cada partido dándolo todo y luego ya la clasificación nos pondrá en nuestro sitio. A mí no me gusta pensar en eso.
Me deja intranquilo para el derbi: el césped mal, les incomodan los equipos que se cierran y que presionan fuerte...
-Está muy mal, pero no sé. El Athletic tiene las cosas mucho más claras, hacen las cosas más simples, se cierran más atrás y luego salen como antes hacían. Nosotros, a hacer nuestro juego. Cada uno va a intentar hacer lo suyo y ya se verá. Pero, bueno, miedo tampoco tenemos.
¿Intimida la racha con la que llega?
-No lo sé. Nosotros también llevamos una buena racha. ¿Qué racha lleva el Athletic? Están en un buen momento, pero tampoco estoy pensando en eso.
Setién se quejó de las faltas del Athletic, que es el equipo con más tarjetas. ¿Juegan al límite del reglamento?
-No he visto el partido del Betis y no sé. El Athletic es eso, un equipo muy físico que le gusta llevarse los partidos a su terreno y ahí se encuentran cómodos, pero de ahí a lo que dices, tampoco le doy mucha importancia.
¿En qué es mejor cada equipo que el otro?
-Técnicamente somos mejores, movemos mejor la pelota, circulamos mejor y ahí se tiene que basar nuestro juego. Ellos buscan mucho más el choque, los centros?
¿En Anoeta se consideran favoritos?
-Yo me veo favorito porque creo que tenemos mejor equipo, pero eso no quiere decir que sea favorito. Es mi subjetividad la que opina.
¿Se respira un ambiente muy distinto?
-Fuera no lo he notado, pero ando un poco despistado. Esta semana me ha tocado más de lo normal estar con la niña y no he notado nada. En el vestuario al principio de la semana estás con el último partido y ya se va acercando este ,y sí que notas a la gente entrenando a tope y con ganas.
¿Es de los que le tiene muchas ganas?
-Desde cadetes que llevo yo aquí siempre ha sido nuestro partido favorito. Y hay que ganarles, claro.
¿A qué rojiblanco se traería si le dejan?
-No lo sé. Los que hemos tenido aquí han dado un gran nivel.
¿Duele ver allí a Yuri e Iñigo, el antiguo flanco izquierdo de la zaga de la Real?
-Doler no. Cada uno escoge su camino. Les deseo lo mejor, pero este sábado no y al final de temporada tampoco, que estén por debajo. Pero, en general, les tengo cariño.
Se espera otra acogida caliente a Iñigo.
-A mí, en particular, no me gustaría que me lo hicieran, pero el público es libre y su manera de expresarse es aplaudiendo, chillando? Cada uno hace lo que quiere. Iñigo también lo ha hecho y es respetable. Yo prefiero que nos animen a nosotros, que estén más pendientes de nosotros, que nos den fuerzas, que perderlas en silbarle. Pero es mi opinión. Sigo en contacto con él
¿Está siendo un año duro en lo personal?
-Sí, duro empezando por la pretemporada, que se me van un montón de compañeros, amigos, gente de mi quinta que al final igual en el momento no me di cuenta pero a la larga echas de menos. Luego la pretemporada, en la que se me criticó, fue muy dura.
Se ha metido en varios charcos.
-Igual es porque no estaba bien yo. Es verdad. Pero sin más, son cosas que pasan.
En esa rueda de prensa dijo algo más llamativo, que era que estaba incómodo.
-Jugábamos a algo a lo que no estábamos acostumbrados, muy cerrados, el equipo no se adaptó, y a mí se me hizo muy duro. Al final, piensa que no salimos de Gipuzkoa, no nos fuimos a ningún lado creyendo que iba a ser mejor aquí con la familia, pero no estábamos nada con ella. Veníamos a las ocho, nos íbamos a las ocho y así todos los días. Hizo calor? Fue un cúmulo de todo.
¿Le molestaron esas críticas?
-No. El que quiso ver mal, vio mal.
Mi teoría de lo que pasó con Asier Garitano: que los capitanes quedaron muy señalados. Tenían muy buena relación y le decían claramente que así no querían jugar.
-A ver... Tu razonamiento es válido, pero no fue así. Nos costó un montón adaptarnos. No solo a los capitanes, sino que todo el equipo no estaba a su nivel. Había algo que no funcionaba y creo que era, en general, que no estábamos a gusto. Si quieres sacar el mayor partido a este equipo, tiene que estar cómodo en el campo y hacer cosas que no vayan en contra de su potencial. Yo creía eso.
¿Le dolieron las especulaciones de que le habían hecho la cama?
-El que dice eso es porque no sabe lo que pasa dentro. Desde fuera es muy fácil decir eso. Lo mejor es preguntarle a él si piensa que los jugadores o los capitanes? Yo estoy súper tranquilo en ese aspecto porque cuando he salido lo he hecho todo. Es que es imposible no hacerlo todo cuando sales.
¿Cómo vivió su destitución?
-Pues como todas, es muy duro. Porque llevas tiempo con él, no sabía qué decirle. Cuando me acerqué no me salían las palabras. Además, que no soy una persona que dice lo que hay que decir. No sabía qué decir.
Aperribay dijo que se habían confundido.
-Es que confundir o no? El tiempo te dirá. Nos costó adaptarnos, es una realidad, pero ni yo, ni Illarra?
En ese vestuario también parece que hay mucho inmaduro...
-Sí, pero no es la base del equipo. No puedes decir que la culpa es de esos porque esos no influyen, están controlados. La gente piensa que teníamos mal rollo y yo tenía muy buena relación con Asier.
Primer año de capitán cuando tenía que haberlo sido antes y pasa todo esto. Casi mejor, ¿no?
-Lo de los capitanes es curioso porque pensamos que somos tres y que te dan un título, pero eso te lo ganas en el día a día. No le doy importancia. Hago lo mismo que antes, pero ahora me toca más, no por ser capitán, sino porque no hay gente que hace esa labor como antes Xabi Prieto, Ansotegi, Mikel González? Gente que tenía un peso y que se lo había ganado. Pero yo también lo hacía y no necesito llevar el brazalete para eso.
Como Moyá, por poner ejemplo.
-Eso es. Tiene su experiencia. Que nos digan que tienen la culpa los capitanes, pues vale, si es lo que toca? A alguien hay que crucificar y si no es el entrenador, serán los capitanes, y si no el presidente.
Pero si los jugadores siempre se van de rositas de todas las crisis...
-Sí, puede ser. Esta vez ha tocado los capitanes y alguno ha dicho: pero esto? ¿Tú estás tranquilo con lo que has hecho? Pues ya está. Las cosas hay que llevarlas con naturalidad.
¿A Illarramendi no le está afectando demasiado la responsabilidad?
-Pero el equipo tampoco ha estado a su nivel. Si Asier está bien, el equipo seguro que está bien y viceversa. Tendrás que preguntarle a él a ver si le ha afectado.
No quiero alargarme con el tema Garitano.
-Pues menos mal, porque hemos estado un buen rato eh (risas).
Llega Imanol. Un modelo en el que se sienten cómodos.
-Sí. Nos hemos adaptado más rápido. Era algo que conocíamos, conoce la casa, ha mamado todo lo que hay en el Sanse, conoce el primer equipo muy bien, el vestuario, cómo mejorarlo, y ha ido todo muy fluido.
Muchos de los que vienen a Zubieta dicen que parece menos Imanol que el año pasado.
-No me he fijado en eso. Le veo más tranquilo. ¿Sabes qué pasa, y me sucede también a mí? Cuando te lesionas, te alejas de tu trabajo y ves de otra manera y reflexionas mucho más. Si te tomas tu tiempo para pensar, mejoras. Y creo que Imanol tiene una nueva visión.
La herencia de los pesos pesados no iba a ser fácil. ¿Estamos en buenas manos?
-Sí. Si me voy este año o el siguiente, estoy muy tranquilo. No digo que me vaya a ir, pero estoy muy tranquilo porque veo a los chavales, a Igor (Zubeldia), Merino, Rubén (Pardo), Illarra? en el medio y todo lo demás también. Ha habido un salto de generación que tocaba y es ley de vida y del fútbol. Es lo que hay.
¿Se sigue sintiendo importante cuando juega?
-No te voy a mentir, sí me veo muy bien entrenando y jugando. Tengo fútbol en las piernas. De lo que tengo duda es de si en la cabeza me queda fútbol. Porque esto quema, los años que llevamos, las pretemporadas, la presión, las lesiones? Todo lo malo quema. A mí me encanta jugar, es un juego, un disfrute? Y entrenar es como un juego.
Pero usted no es muy futbolero, ¿no?
-Me gusta jugar. Verlo también me gusta, solo que me da rabia seguir un partido y aburrirme. Selecciono un poco. Hay partidos que me gusta ver e intento analizar, ver y disfrutarlos. Pero yo estoy disfrutando y las piernas me están respondiendo.
¿Es consciente de que ya se ha convertido en un veterano?
-Claro que me siento veterano. Les saco a algunos diez o doce años. A Barrenetxea me da vergüenza preguntarle cuándo nació. Me hace gracia. Digo: ¿pero qué hago con esta gente? Es peculiar cómo pasa el tiempo. Ahora te toca ser el padre de todos.
¿En qué momento está su renovación?
-La última vez que hice una entrevista dije que no sabía nada y que la Real tenía dudas. A la semana tuvimos una comida los capitanes y quedé con el presi justo antes y me dijo que contaban conmigo. Que no me habían dicho nada porque me veían muy quemado de antes, y tenían razón, pero esa fue la última conversación que tuve en serio. Me han dejado tranquilo; les he dicho que tengo muchas dudas.
¿Pero qué dudas tiene? ¿Hay algo mejor que jugar en la Real? ¿Que es lo que pasa cuando capitanes como Prieto o Aranburu se retiran antes de tiempo?
-Esa es la pregunta. ¿Hay algún sitio mejor? Tengo dudas, depende de cómo acabe el año, qué sensaciones? No quiero tomar una decisión ya y queda mucho año para pensarlo. Tengo una familia también.
¿Y la familia no prefiere quedarse aquí?
-O no. No sé. No le importa salir.
¿Usted siempre ha sido muy francés, por ejemplo probar en un Girondins?
-Para irme al Girondins me quedo aquí, no me cambia nada. Tengo dudas. Ir a una liga más pequeña me daría pena, malgastar talento me da pena porque tengo fútbol todavía.
¿La Premier?
-Pufff? No lo sé. Estamos hablando de hipótesis.
Al Athletic no, ¿no?
-(Risas) No tengo ninguna necesidad. Me voy allí y lío una muy gorda, eh. Iñigo estaría súper feliz (risas). O igual no, porque le quitaría protagonismo para el siguiente derbi.
Explíqueme bien cómo es eso del desgaste acumulado.
-Cada persona es diferente. Hay una presión externa y otra interna. La interna es la que tú te pones; vas con los colegas y te dan ánimos, pero sabes que esos ánimos son porque no saben ni qué decirte, tú te metes esa presión? Aparte de que tú sientes esto como si fuera tuyo. Llevo desde los 13 años, que me pongan en duda eso, o sea? Cuando lo deje también se me va a hacer duro, pero es lo que toca. Y externamente, jornada tras jornada, esa presión, estar mentalmente centrado y eso, desgasta? Son un montón de temporadas seguidas.
Xabi Prieto me dijo a estas alturas los dos años anteriores un porcentaje de cómo estaba su análisis para renovar.
-¿Y Xabi qué respondía? No se mojaba mucho. Yo me voy a mojar aún menos. No tengo ni idea. Vamos a esperar hasta el final.
¿Cómo le gustaría que fuese su último servicio a la causa?
-Un final feliz, como nos gusta a todos. Jugar, meter, salir ovacionado, que me lleven a hombros? Clasificarnos para algo bueno, conseguir hacer algo grande. Aunque pensándolo bien, seguro que entonces me jodería irme (risas). No pienso en esas cosas. Que pase lo que tenga que pasar.