donostia - El estilo futbolístico de la Real no se negocia. Se le pueden añadir o suprimir matices en función del partido que toque afrontar. Pero si existe alguna circunstancia que pueda poner en peligro las ideas postuladas por Eusebio, el entrenador vallisoletano renuncia a ella automáticamente. Sirva como ejemplo ilustrativo la alineación inicial de anoche comparada con la del domingo anterior en A Coruña. Contra el Deportivo, los txuri-urdin perdieron el control del encuentro al acusar una manifiesta inferioridad en el centro del campo que el técnico quiso evitar ayer.
Todos los pronósticos apuntaban a que repetiría planes respecto a entonces. Pero no quiso repetir con Juanmi y Januzaj flanqueando a Willian José en el ataque. El fútbol blanquiazul exige a los extremos una implicación en la circulación del balón casi constante, ofreciendo soluciones a Prieto, Zurutuza y compañía. Pero ni el malagueño ni por ahora el belga, cuyo radio de acción había sido reducido en Riazor, proponen esta clase de apoyos. La victoria de A Coruña comenzó a gestarse más tarde, cuando Canales relevó a Juanmi para convertirse en un cuarto centrocampista y dar la vuelta al panorama del encuentro. Esa pareció suponer la referencia de Eusebio a la hora de elegir once anoche.
Sí puede sorprender que, una vez decidido a renunciar a uno de los dos atacantes laterales, el de La Seca optara por sentar a Juanmi. El andaluz se encuentra inmerso en una eterna racha realizadora que ni siquiera ha cortado el largo verano, y en un escalafón de galones figuraría por delante de Januzaj. Lo que ocurre es que las características de malagueño y belga son tan diferentes que una elección entre ambos no debe responder al estado de forma de cada uno, sino al perfil de equipo por el que el entrenador quiere apostar. Ayer lo hizo por jugar con un falso extremo como Canales cayendo a zonas interiores y por abrir el campo desde el otro costado, gracias al uno contra uno del ex del Manchester United.
Los planes no resultaron de inicio. En primer lugar, no se esperaba que, a diferencia de lo visto en A Coruña, Januzaj se pegara a la banda izquierda, y que las diagonales de Canales partieran de la derecha. Sin embargo, lo que realmente dificultó las cosas a la Real fue el planteamiento de un Madrid sabedor de que el fuerte local está en la zona ancha. Zidane estiró el campo con los laterales y pobló la medular con Casemiro, Modric, Isco, Asensio e incluso un Bale a menudo descolgado. Los blancos tuvieron el control, Canales y Januzaj sufrieron al tapar a Carvajal y Theo, y vaciaron así un centro del campo que quedó en inferioridad numérica.
El descanso cambió algo el panorama. Nunca se sabrá si por iniciativa propia del Real Madrid al retrasarse unos metros o si por el ímpetu realista, la posesión pasó a estar mucho más equilibrada, y Canales pudo jugar más cerca de Zurutuza y Xabi Prieto. El equipo agradeció los apoyos del cántabro, quien sin embargo se mostró luego impreciso cuando buscó disparos o pases con los que romper líneas.
El nuevo escenario parecía acercar al empate a una Real que encerraba al Madrid en su campo, pero que se exponía así a los contraataques del rival. En uno de ellos, Bale hizo el 1-3 y acabó prácticamente con las opciones de los de Eusebio. Tocará esperar al jueves para intentar seguir sumando, con la ventaja que otorga tener un estilo bien definido. Lo que ocurre es que hay ocasiones en las que el contexto del partido y del rival te impiden desarrollarlo.