La misma piedra
La Real se salvó la pasada temporada gracias a una racha de triunfos a la que siguieron un empate ante el Málaga y una derrota en el Calderón. Después vino la nada futbolística
donostia - La historia no tiene por qué repetirse. De hecho, debería resultar distinta, principalmente a causa de que ahora el entrenador es otro. David Moyes terminaría mostrando su más absoluta incapacidad para entrenar en la Liga, y Eusebio apunta a lo contrario. Pero la estadística no deja de resultar curiosa y también peligrosa. Con el escocés en el banquillo, la Real 2014-15 terminó viviendo un final de temporada de lo más tranquilo gracias, principalmente, a tres victorias consecutivas logradas en el mes de marzo. Los txuri-urdin se impusieron a Espanyol y Córdoba en Anoeta, triunfos entre los que consiguieron igualmente vencer en el campo del Getafe.
Así obtuvieron dosis de oxígeno que resultaron definitivas, y que sirvieron para mantenerse sin agobios a lo largo de una mala racha con la que cerraron el campeonato. Una racha que arrancó un sábado con un empate a un gol contra el Málaga unida a una derrota el martes posterior en el Vicente Calderón. La serie de encuentros sin ganar alcanzó los seis partidos, ya que después los guipuzcoanos igualarían ante Deportivo, Athletic y Villarreal, y encajarían una dolorosa derrota en el estadio del Elche. Tras asegurarse la permanencia, llegó la nada más absoluta a nivel futbolística. La Real poco vistosa pero al menos práctica que ofreció Moyes durante sus primeros meses desapareció por completo para iniciarse luego una travesía del desierto que terminaría con su lógica destitución.
Veremos qué ocurre ahora con la Real de Eusebio, que con sus matices futbolísticos (sale ganando a este respecto) ha calcado trayectoria reciente. En su caso, la serie de victorias consecutivas alcanzó las cuatro unidades, gracias a los triunfos contra Betis, Espanyol, Granada y Athletic. En su caso también, el empate frente al Málaga se ha dado en Anoeta, no en La Rosaleda. Y coincide el pésimo partido en el Vicente Calderón para cerrar el círculo. Ahora solo cabe esperar que los txuri-urdin no protagonicen una racha de resultados negativos como la de la pasada campaña, y cierren la temporada apuntando a cotas más altas. Se antoja difícil, en cualquier caso, cuando esos puestos europeos relativamente accesibles hasta hace solo cuatro días pueden distanciarse hoy mismo de forma notable.
un proyecto a examen Quedan once partidos por delante, encuentros en los que, al margen de objetivos clasificatorios que se complican indudablemente, la Real tiene la oportunidad de marcar la diferencia respecto al proyecto de la pasada temporada. Entonces, un final de campaña pobre e insípido generó ciertas dudas de cara a un verano en el que solo las inversiones del club en fichajes generaron ilusión. Ahora parece que el sustento futbolístico de los txuri-urdin resulta mucho mayor, pero se trata de una circunstancia que tiene que verse refrendada de aquí a la conclusión del campeonato. No está solo en juego la cantidad de puntos con la que cerrar la Liga. También resulta importante terminar bien una temporada para condicionar de forma positiva el inicio de la siguiente.