donostia - La Real se juega mucho más que tres puntos esta noche en el derbi. En mitad de su travesía por el desierto en este insípido final de campeonato, en el que apenas cuenta con alicientes dados sus pobres resultados, el equipo txuri-urdin se encuentra con un partido de máxima rivalidad en el que está obligado a ofrecer su mejor versión. Y eso, cuando has desconectado un poco y te has dejado llevar, no suele ser nada sencillo. Lo cierto es que los blanquiazules han agotado los comodines de las decepciones esta campaña y su afición no perdonaría un revés sonrojante en la visita al eterno rival.
Los números no engañan y demuestran que los donostiarras se presentan en Bilbao en uno de sus peores momentos de la temporada. Después de soñar brevemente con alcanzar la séptima plaza han acumulado cinco jornadas sin vencer que les han dejado sin opciones de nada y han acabado por certificar una campaña a todas luces desilusionante. Un triunfo en San Mamés, sumado a las victorias ante los tres gigantes en Anoeta, se convertirían en un mal menor y mitigarían el desencanto de su parroquia. Los realistas llevan desde 2012 sin caer frente a sus vecinos.
Como no puede ser de otra manera, David Moyes sacará su mejor once para intentar llevarse los tres puntos. El escocés también se juega mucho, ya que, pese a haber sumado muchos puntos, lo que tiene un valor indiscutible, el juego de su equipo no ha logrado transmitir y emocionar en ningún momento. Qué mejor plaza para reivindicarse que la del vecino. El técnico volverá a contar con Zaldua en la zaga, con Mikel e Iñigo en el eje, y De la Bella en la izquierda. En el centro del campo, es posible que entre Markel, aunque tampoco se pueda descartar la pareja Pardo-Granero. En la línea de tres, lo más probable es que actúen Xabi Prieto, Canales y Chory Castro, con Vela arriba. Otra opción es que Agirretxe actúe de estilete, lo que supondría la entrada del usurbildarra en lugar del uruguayo.
El Athletic llega al derbi en su mejor momento de la campaña. Aunque su juego no es tan abrumador ni convincente como el de la pasada campaña, su capacidad para competir es indudable y ya se ha convertido en el favorito para acabar séptimo. La Real puede devolverle la moneda por el empate del año pasado en la penúltima jornada, que le obligó a puntuar en el partido final ante el Villarreal para no perder el sexto puesto, como así sucedió tras el 1-2. Sin Muniain, el donostiarra Aduriz es el principal peligro ofensivo rojiblanco.