donostia - David Moyes comienza a modelar su propio organigrama técnico con base en sus primeros conocimientos y experiencias vividas en las cerca de dos semanas que lleva en Zubieta. Como recordarán, el club valoró mucho que el escocés decidiera venir sin ningún ayudante, ya que lo consideraba la prueba irrefutable de que quería adaptarse lo más rápido posible. Pero una vez acabada la rueda de prensa de su presentación, en la que también anticipó la posibilidad, explicó en el posterior cara a cara que mantuvo con algunos de los medios guipuzcoanos que su intención era comprobar de primera mano la valía de sus nuevos ayudantes para calibrar si consideraba necesario el traerse a algún colaborador desde su país, algo que todavía no está descartado. No hay que olvidar que al Manchester United llegó acompañado de cuatro técnicos lo que no cayó demasiado bien entre una plantilla acostumbrada a la rígida autoridad de Ferguson.

Como se pudo comprobar en su estreno en Riazor, Moyes ya ha tomado su primera gran decisión. El británico se ha quedado prendado de la intensidad y la personalidad de Asier Santana y ha solicitado a la dirección deportiva que lo quiere a su lado. No hay más que recordar los espectaculares gritos y correcciones que protagonizó el de Idiazabal mediada la segunda parte en A Coruña, cuando el equipo comenzaba a hacer aguas debido al bajón físico que experimentó.

En el banquillo se sentaron Moyes, Santana y Bretos, que tradujo las instrucciones y valoraciones del escocés pero que se mostró muy discreto y no se dirigió en ningún momento a los jugadores de campo. Como reconoció al término del encuentro a los periodistas británicos, el entrenador realista está encantado con su joven ayudante del que no se separa nunca: “Tengo la suerte de poder contar con un traductor muy bueno, que habla un buen inglés y que domina el lenguaje del fútbol. Sabe mucho y no hay que olvidar que un entrenador muy famoso empezó su carrera de esta forma”.

Imanol Alguacil, que había sido seleccionado por la dirección deportiva como el segundo de Moyes, siguió el encuentro desde el palco al estilo Michel Troin con Montanier. Aunque todavía no se ha tomado una decisión definitiva, el hecho de que Santana se vaya a quedar en todo momento en el primer equipo va a propiciar probablemente que el oriotarra, que hasta la destitución de Arrasate ejercía de segundo suyo en el filial, asuma su dirección en lo que resta de temporada. Mikel Labaka sería su ayudante, pese a que Santana también estaría bastante pendiente de las evoluciones de los potrillos. Luki Iriarte, que se ha sentado en el banquillo en sus dos últimas actuaciones, regresaría a sus funciones en la cantera.

cercano Moyes se mostró mucho más cercano con la prensa desplazada desde el Reino Unido después de responder a las clásicas preguntas pospartido del resto de los medios acreditados. El técnico incluso se disculpó con ellos con la típica ironía de las islas. “Siento haberos hecho venir hasta aquí para un 0-0. En mi carrera he podido dirigir más de 600 partidos, pero es evidente que en este me he sentido diferente y ha sido especial”.

Como demostraron algunas imágenes, en las que se le ve llamando Estéfano en lugar de Esteban a Granero, Moyes reconoció haber tenido problemas para comunicarse con sus jugadores en el campo, sobre todo al gritarles de forma improvisada: “Obviamente, la comunicación en el campo no es fácil. Los jugadores a veces ni me entienden cuando grito sus nombres”.

El escocés sigue viviendo en el hotel María Cristina a la espera de encontrar una casa que le convenza. En principio, le gustaría vivir en una casa que no estuviera demasiado alejada del centro, aunque quiere que sea una vivienda individual para que puedan vivir tranquilos sus tres perros, que era una de sus mayores preocupaciones para instalarse en la capital guipuzcoana. Su familia todavía no se ha mudado.