donostia. La madrugada del sábado se llevó a una de las grandes leyendas txuri-urdin. Ignacio Eizaguirre Arregui, el que fuera portero de la Real a finales de los años 30 y los inicios de la década del 50, falleció en Donostia a la edad de 92 años. La familia Eizaguirre es historia de la portería realista, y es que su padre, Agustín Eizaguirre, también defendió los palos de Atotxa.
La Real quiso homenajear en el día de ayer al exguardameta, y por ello lució brazaletes negro, y Anoeta guardó un emotivo minuto de silencio en su memoria. Un hombre muy querido por la afición txuri-urdin, pero también por las del Valencia o Osasuna, donde también militó. A pesar de que se marchó con apenas 19 años a Valencia a cambio de 60.000 pesetas, ante la fuerte competencia en la Real, y allí se convirtió en auténtico ídolo para la hinchada ché, que le ha considerado el mejor portero de la historia del club, condición que solo le discutió recientemente Santiago Cañizares.
Deja para el recuerdo veinte años en el fútbol profesional, e el que llegó a ser habitual de la selección absoluta, disputando, y siendo protagonista, incluso el Mundial de 1950 disputado en Brasil. En su haber cuenta con dos trofeos Zamora a portero menos imbatido en Primera División, además de tres títulos de Liga y uno de Copa del Rey con el Valencia.
Su estética deleitó a todos durante los años de la postguerra, siendo uno de los mejores guardametas que ha dado una cantera tan conocida como la de Zubieta en cuanto a porteros.
La Real quiso expresar "su más sentido pésame y condolencia a la familia y allegados" del exjugador, a través de un comunicado en su página web en la que destacó también las virtudes de Eizaguirre. Anoeta le despidió como merecía. Goian bego.