Él puede ser la pesadilla de la Real Sociedad este domingo, porque fue el fichaje estrella del Sporting en verano y apunta a titular en El Molinón; ella no para de dar alegrías al deporte guipuzcoano desde su posición de base del UPV, el equipo que lidera el grupo B de la Liga Femenina 2, la división de plata del basket estatal. Son Nacho Novo (Ferrol, 1979) y Arantxa Novo (Ferrol, 1982), hermanos gallegos unidos por el deporte aunque separados por las exigencias de la práctica profesional de sus respectivas disciplinas desde que Nacho pusiera rumbo en 1999 a Huesca y, sobre todo, dos años después a Escocia.
Ambos estaban predestinados a ser deportistas profesionales. "Mi padre jugaba a fútbol, creo que llegó a estar en Segunda, y nuestra madre jugaba a balonmano, aunque como una afición. En mi casa se vivía un montón el deporte, nuestra madre ponía la tele y siempre se veía deporte", recuerda Arantxa. La afición familiar va más allá. "Nuestra abuela tiene 84 años y solo le gusta ver Teledeporte. Es una fanática y lo vive mucho", añade riéndose Nacho vía telefónica tras el entrenamiento vespertino de ayer del Sporting.
Es ahora, a sus 31 años, cuando Nacho Novo está cumpliendo su sueño, jugar en la Primera División. Para ello ha tenido que hacerse un nombre y un hombre durante nueve años en Escocia, un peregrinaje que ni siquiera imaginaba cuando daba patadas al balón en la pista debajo de la casa de los Gómez Novo. Ahí pasaban las horas él y su hermana. "De pequeño solo pensaba en jugar a la pelota y llegar a ser futbolista de Primera", comenta Nacho. Tantas horas con el balón cuajaron en Arantxa, tres años menor pero que compartía los ratos libres con su hermano. De hecho, a la actual jugadora del UPV le encantaba el fútbol. "Yo quería jugar a fútbol, pero a mis padres no les hacía mucha gracia, porque pensaban que no era un deporte para chicas", explica Arantxa, algo que corrobora su hermano, que compartía la opinión de sus padres. "Ahora las cosas han cambiado", reconoce. Mientras Nacho seguía adelante con sus sueños futbolísticos, Arantxa empezó a practicar atletismo, pero no le convenció porque quería "un deporte de equipo". La solución llegó de forma casual. "Al lado de mi casa había un colegio, Las Mercedarias, con mucha tradición de baloncesto, y empecé a jugar ahí". Quizás el fútbol perdió una buena jugadora entonces. "Mi hermana era muy buena, de verdad, como lo es ahora a baloncesto".
En 1999, con 20 años, Nacho fichó por el Huesca de Tercera mientras su hermana Arantxa empezaba a despuntar en baloncesto. De hecho, al año siguiente debutaría en la Liga Femenina de la mano del Ensino Yaya María, club con sede en Lugo.
Nacho hace las maletas
Rumbo a Escocia
Arantxa Novo se hizo pronto un hueco en la elite, antes incluso de cumplir los 20 años. No podía decir lo mismo Nacho, que ni corto ni perezoso hizo las maletas y se marchó a Escocia. Jugar en el extranjero es una práctica bastante común ahora, pero no tanto antes. Fichó por el Raith Rovers de la segunda división escocesa. Su buena temporada (19 goles) llamó la atención del Dundee United, donde siguió su progresión para fichar en 2004 por el Glasgow Rangers, donde ha sido tratado como un ídolo hasta que abandonó el club "por decisión propia" en verano.
Escocia, sin embargo, ha marcado mucho a ambos hermanos. Nacho ha dejado allí a su novia y a sus tres hijos, el menor de nueve meses, a quienes echa "mucho en falta". En Navidades tiene intención de ir con su hermana a Escocia, algo que ha sido habitual en la familia Novo. "Las últimas Navidades siempre he ido a Escocia con mi hermano", cuenta Arantxa, que quedó prendada con el ambiente del mítico Ibrox, campo del Rangers: "Nacho me estaba siempre diciendo que era una pasada y después de ver en directo varios partidos y algún derbi, puedo decir que es así. Es increíble cómo se vive en el estadio y en la calle, el ambiente es una pasada".
El hecho de que su hermano triunfara en el extranjero no motivó a Arantxa a dar el mismo paso: "En algún momento piensas que puede estar bien, pero nunca me lo planteé en serio porque siempre he tenido oportunidades aquí".
piropos mutuos
"Orgulloso de mi hermana"
Pese a que durante años han estado separados por muchos kilómetros, Arantxa y Nacho están muy unidos. Tienen una relación especial y se nota por la manera en que hablan el uno del otro. Como deportistas, se admiran. "Nacho es fuerte, agresivo y tiene olfato de gol. Se ha hecho jugador en Escocia y espero que triunfe aquí", dice Arantxa, que recibe los piropos a su vez de Nacho: "Tiene mucha garra. Es una luchadora, con carácter para superar las dificultades. Estoy muy orgulloso de mi hermana, es lo que más quiero del mundo". También hay sitio para las bromas. "Ha llegado donde está ahora gracias a mis entrenamientos de basket", dice entre risas Nacho, que asegura que el deporte de la canasta se le daba "bien pese a la falta de centímetros (mide 1,75)", algo que niega Arantxa. "Qué va, no es bueno", replica, también riéndose.
Ahora que están más cerca, pueden verse algo más. Arantxa ya ha estado en Getafe y en Pamplona viendo dos partidos de Nacho, que espera devolverle la visita a Donostia: "Estoy deseando ir a verla en directo este año. Les van muy bien las cosas, son un equipo fantástico. ¿Nosotros? Nos está costando sacar resultados. Contra la Real será difícil. Está jugando bien".