Hodei Otaegi Sáez de Guinoa, un joven urretxuarra de 22 años, apenado porque el bar que abrió su abuelo Lucas hace más de 40 años en la calle Laubide de Legazpi lleva tiempo cerrado, ha decidido reabrirlo. Lo ha adecentado junto con varios amigos y lo abrirá el viernes por la tarde. De 19:00 a 20:00 horas los pintxos, la cerveza, el vino y los refrescos serán gratis.

Otaegi nació en Urretxu, pero tiene un vínculo muy estrecho con el barrio Hegialde de Legazpi. “Mis abuelos vivían en Hegialde. Mi abuela Rosa Mari tenía la tienda de ropa Lorea en la calle Laubide y mi abuelo primero trabajó en Patricio Echeverría y de electricista y después abrió el bar Edorta también en Laubide. Edorta es el nombre de mi padre. El bar lo abrió hacia 1980 y trabajó durante unos 10 años en él. Después lo cogió Julián y desde que lo dejó él nadie lo ha tenido durante mucho tiempo”.

Le daba pena ver cerrado el bar de su abuelo y ha decidido abrirlo él mismo, con la ayuda de su amigo Julen Sasieta. Su abuelo no podrá verlo, pues falleció durante la pandemia. A su abuela y a su padre les hace ilusión que haya decidido abrir el bar. “Me avisaron de que tendré que trabajar duro, pero me han apoyado en todo. Me han facilitado mucho las cosas”.

Atraer a poteadores y jóvenes

Abrirá el bar hacia las 8.30, para dar desayunos. Espera contar con los con poteadores y atraer a los jóvenes. “Queremos que sea un bar todoterreno. No ofreceremos comida, pues es mucho trabajo. Solo algún pintxo. Cuando mi abuelo abrió el bar, en Laubide había mucho ambiente, pues estaba abierta la discoteca Slader. A ver si entre todos conseguimos darle un poco más de vida al barrio”.

Se siente muy unido al barrio Hegialde de Legazpi. “Hemos venido aquí desde niños. Nos juntábamos en la planta de arriba de la tienda de mi abuela. Soy de Urretxu, todavía no soy parte de este barrio, pero el barrio es parte de mí”.

Agradece el recibimiento que le han brindado los vecinos. “La gente entra al bar a preguntar, me cuentan historias relacionadas con mi abuelo… Mi hermano y yo estábamos muy unidos a nuestro abuelo. Tenía coche y solía venir a Urretxu a estar con nosotros. Era muy manitas y hacía las obras de casa. Y en verano íbamos al camping de Orio con los abuelos. Era muy generoso y activo”.