Toda negociación tiene un punto crítico. El filo en el que se inclina todo hacia el acuerdo o hacia la ruptura definitiva. A ese punto llegó este jueves la negociación del nuevo Gobierno de Navarra, en un equilibrio difícil que puede decantarse para cualquier lado. La ruptura, por primera vez desde las elecciones del 28 de mayo, parece posible.

Tras varias semanas de negociación en torno al acuerdo programático el PSN puso finalmente sobre la mesa su propuesta de estructura para la próxima legislatura. Un nuevo reparto de responsabilidades en el Gabinete de María Chivite que supone de facto una revisión del organigrama, fundamentalmente a costa de Geroa Bai, que perdería sus principales competencias en el Ejecutivo foral. Se trata, según los socialistas, de “una propuesta primaria” sobre la que empezar a negociar. Pero para la coalición de PNV y Socialverdes resulta un punto de partida “inaceptable” que, si no se corrige, interpretarán como una invitación a salir del Ejecutivo de Chivite. Los socialistas accedieron por la tarde a revisarla.

Desde el inicio de las negociaciones había quedado claro que este iba a ser el punto de fricción del nuevo pacto de Gobierno. El PSN ha insistido todos estos días en que le corresponde “más peso” en el Ejecutivo a costa precisamente de su socio principal, que ha perdido dos escaños en las últimas elecciones. Un mensaje que ha enfatizado tras su buen resultado en las elecciones generales. Y aunque se mantiene abierto a mejorar su propuesta, no quiere ni oír hablar de repetir el esquema de la pasada legislatura, porque, interpreta, supondría tener dos gobiernos en uno.

Pero eso es algo en lo que Geroa Bai sigue firme. La coalición acepta revisar sus competencias y asume que puede haber cuestiones fronterizas entre varios departamentos que se pueden repartir de otra forma. Sin que ello implique vaciar de contenido sus actuales departamentos, en los que tiene muchos proyectos en marcha o a punto de arrancar. Considera además que en la propuesta inicial del PSN no hay ninguna proporcionalidad en cuanto a escaños ni coherencia con lo que ha sido la última legislatura.

Momento crítico

PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin se reunieron este jueves por partida doble. Primero a la mañana en un tenso encuentro donde se constataron las diferencias en cuanto a la estructura de Gobierno. Y después por la tarde para intentar matizar las diferencias. No fue posible porque tanto PSN como Geroa Bai se mantienen en una posición que ahora mismo hace inviable el acuerdo. Los socialistas, no obstante, se comprometieron a estudiar un nuevo planteamiento que pueda facilitar un acuerdo.

Algo que no parece sencillo y que abre la puerta a un escenario que no se había planteado hasta ahora. La posibilidad de que PSN y Geroa Bai no gobiernen juntos la próxima legislatura. Nadie asume por ahora esa posición, pero ya no la descartan. Y que puede derivar en un adelanto electoral o en otro tipo de mayorías en el Parlamento, donde EH Bildu o incluso UPN podrían facilitar una investidura de María Chivite.

De momento, este viernes se reúne en el Parlamento la Mesa y Junta de Portavoces para habilitar el mes de agosto de cara a una posible investidura, a la espera de que el presidente del Parlamento, Unai Hualde, llame a una nueva ronda de contactos para fijar el pleno de investidura.

Inicialmente se había especulado con que las consultas tuvieran lugar la semana que viene, de forma que el pleno de investidura y la toma de posesión de la presidenta del Gobierno y de los consejeros se llevara a cabo la segunda semana de agosto. Pero eso ya no está tan claro. Hasta el 28 de agosto hay tiempo y es posible que haya que apurar los plazos.

Porque todavía quedan por acordar otros puntos discrepantes del acuerdo programático, que se habían dejado para el final para evitar que encallara la negociación. Y tampoco están definidas las herramientas de control del futuro Ejecutivo foral. Dos aspectos que Geroa Bai quiere cerrar antes de dar por completado el acuerdo de Gobierno.

Así que, pese a las llamadas al optimismo que por parte del PSN y de la propia María Chivite se vienen haciendo estos últimos días, todo hoy parece más complicado. Las reuniones van a proseguir, lo que en el fondo no deja de ser una buena señal porque implica que hay voluntad de acuerdo. Pero las posiciones siguen ahora mismo muy alejadas y el reloj sigue contando. En cualquier caso, sigue siendo pronto para dar por definitivo un bloqueo que no deja de ser parte de la negociación y que, en cierto modo, todos sabían que antes o después iba a llegar. Aunque quizá no en estos términos. Si hay capacidad o voluntad de superarlo lo veremos en los próximos días. Tampoco hay mucho tiempo más.

Oferta de UPN

Chivite no cree a Esparza. María Chivite recibió ayer con escepticismo la oferta de UPN de darles estabilidad a cambio de que Bildu no tenga capacidad de decisión en Nafarroa. Sobre todo teniendo en cuenta los bandazos de los regionalistas, que lo mismo alcanzan la Alcaldía de San Adrián con el voto favorable de Vox que ofrecen pactos de gobernabilidad a la socialista. Una estrategia que esconde un temor a que el crecimiento de PSN y soberanistas cristalice, y que el socialismo navarro pone en cuarentena, como ayer volvió a decir el secretario de Organización, Ramón Alzórriz.