El expresidente de la Diputación de Valencia y expdirigente del PP Alfonso Rus afirmó sentirse víctima de “un juicio político por parte de la Fiscalía” y del “invento” de que disponía de dinero o propiedades en Brasil, a donde no ha viajado desde 1978 cuando, aseguró, “estuve en los carnavales con mi mujer”.

Rus, que ejerció el derecho a la última palabra en el juicio del caso Imelsa por supuestos empleados que cobraban sin acudir a trabajar, considera que es víctima de “mala fe”.

El tribunal pidió a Rus que se centrase en los asuntos vistos en este juicio y que no hiciese referencia al resto de causas que tiene pendientes, y el exdirigente popular usó un minuto más para indicar al fiscal que “se equivocó” en las cifras, que él manejó más de 3.500 millones de euros en la Diputación de Valencia y que ahorró más de 80 millones en la partida de personal.

Por su parte, el exgerente de Imelsa y autoconsiderado yonki del dinero, Marcos Benavent, leyó un texto que traía preparado, con varias referencias literarias y que inició reiterando su petición de perdón a otros acusados a los que incriminó inicialmente ante la justicia.

“Pido disculpas por haber provocado tanto daño de forma intencionada, a Rus, a Llopis o Caturla, entre otros muchos, como se puede comprobar. En esta causa ya ha habido varios suicidios, trastornos personales, situaciones de prisión y es muy doloroso”, concluyó Benavent.