La ultraderecha de Vox ha tenido que salir al paso de la polvareda que ha levantado su documento España decide, donde plantea la figura del referéndum para que la ciudadanía pueda decidir sobre aquellas políticas que se habrían puesto en marcha sin contar con ella. En la fiesta del partido celebrada este fin de semana, eso sí, Santiago Abascal mencionó las políticas que cuestiona la ultraderecha y pareció plantear la consulta como una opción de salirse con la suya en cuestiones como la inmigración, el uso del castellano en los colegios de Catalunya o Euskadi, las subvenciones a partidos y sindicatos, la posibilidad de que el Estado recupere las competencias en sanidad o educación, la derogación de la ley del cambio climático y la legalidad de los partidos independentistas. Esta propuesta la sustenta en el artículo 92 de la Constitución para consultar sobre decisiones de especial trascendencia, y Vox añade que las votaciones serán convocadas por el rey a propuesta del presidente del Gobierno español y con el respaldo del Congreso.

Esta propuesta llega después de negarse al referéndum de Catalunya y al derecho a decidir en general, que Abascal llegó a ridiculizar en el pasado preguntándose si también habría que decidir sobre la separación de un barrio. En ese contexto, el portavoz de Vox, Jorge Buxadé, dijo ayer que todas las consultas que propone su partido están dentro del marco constitucional. “Los referendos los carga el diablo cuando los pone en marcha un diablillo, pero cuando se hacen de acuerdo a la Constitución, es democracia”, despachó. Dijo que no les preocupa que esta propuesta “no se entienda” y que hace dos años los únicos que hablaban de soberanía energética eran ellos.