La pelea que tuvo lugar en julio en la cárcel de Basauri ha sacado a la luz la situación precaria de los centros penitenciarios de la CAV y la escasez de personal. ¿Qué medidas tienen previstas para corregirlo?

–Respeto las opiniones de que es fruto de una situación determinada de los centros y de la falta de personal, pero cualquier persona que conozca la realidad de los centros penitenciarios sabe que, desgraciadamente, es una realidad relativamente común. En todos los países del mundo con centros penitenciarios se producen estos incidentes regimentales con agresiones entre los internos o entre los internos y los funcionarios. No es lo más agradable ni lo más adecuado y ojalá no existieran, pero existen.

Por tanto, son altercados prácticamente inevitables.

–En los últimos años en los centros penitenciarios de todo el Estado se han ido reduciendo estos incidentes regimentales, que también tienen que ver con el estilo de los programas y las medidas de tratamiento como las visitas y salidas programadas, que reducen mucho las tensiones. Obviamente tenemos que intentar reducirlos al máximo pero esto se va a seguir produciendo, aunque tengamos todas las ratios de personal y las mejores instalaciones.

¿Y qué harán para lograrlo?

–Esta es una competencia que se irá ejecutando en el tiempo, de la noche a la mañana no se cambian las cosas. Se requerirá por lo menos esta y otras dos legislaturas para que todo se vea como se planteó en un inicio. Todavía falta personal, que se irá supliendo con la nueva bolsa de trabajo, y también favorecerá cuando nos entreguen el centro penitenciario de Zubieta, moderno y con más módulos.

¿Cuándo está prevista esa cesión de Zubieta?

–Estaba contemplada en la primavera de 2023 pero ya nos advirtieron de algún tipo de retraso. Espero que a finales del año que viene o principios de 2024 esté en funcionamiento, los internos de Martutene sean trasladados y acoja a más personas.