DONOSTIA - La familia nacionalista se tiñó ayer de luto con el fallecimiento a los 86 años de edad del histórico dirigente del PNV y expresidente del Parlamento Vasco Joseba Leizaola, tras padecer una larga enfermedad. En un comunicado, la formación jeltzale lamentó la muerte de una persona de “fuertes convicciones humanistas” y abertzale “siempre comprometido con su país”. Numerosos cargos del partido destacaron ayer el papel crucial que desempeñó durante los duros años de la clandestinidad y a la hora de cimentar el autogobierno tras el fin de la dictadura, así como su compromiso firme con la paz y la normalización en Euskadi.
Nacido en 1931 en Donostia, Joseba Leizaola pertenecía a una familia muy activa políticamente que tuvo que exiliarse a Venezuela tras la Guerra Civil. En el país centroamericano creció en el entorno de la comunidad de exiliados nacionalistas vascos y fue presidente del Eusko Gaztedi y Vocal de la Junta del Centro Vasco de Caracas. Era ingeniero de profesión, aunque su carrera estuvo ligada a la política. No en vano, era sobrino de Jesús María de Leizaola, consejero de Cultura del Gobierno Vasco durante la contienda, vicelehendakari y finalmente lehendakari del Gobierno Vasco en el exilio, entre 1960 y 1980.
Así, cuando regresó a la capital guipuzcoana siguió militando en el PNV, al principio en la clandestinidad, y llegó a ser miembro de la ejecutiva. Desde 1968 hasta 1977 fue miembro del Gipuzko Buru Batzar y entre 1977 y 1978 fue también integrante del Euzkadi Buru Batzar. Accedió al Parlamento Vasco en 1980 y permaneció en la Cámara hasta 1998, es decir, durante cinco legislaturas. Además, en las dos últimas, entre los años 1990-1998 -IV y V legislaturas-, ocupó la presidencia de la institución, cargo en el que le sustituyó Juan María Atutxa. Precisamente, en 1998, con 67 años de edad, anunció públicamente que se retiraba de la política activa para dedicarse a la familia.
La noticia de su muerte fue muy sentida ayer en el seno de la familia nacionalista vasca, y así el lehendakari Iñigo Urkullu destacó su apuesta “por el diálogo y el entendimiento”. También subrayó sus “fuertes convicciones humanistas”. En su cuenta de Twitter, el jefe del Ejecutivo vasco, que transmitió sus condolencias a la familia de Leizaola, recordó que le conoció cuando militaba en EGI a finales de los años 70 y tuvo “la oportunidad de compartir con él cuatro años como parlamentario” en la Cámara.
El lehendakari asegura que guarda de él “recuerdos imborrables” y le define como una persona “discreta e inteligente, referente también para muchos de nosotros, persona de fuertes convicciones humanistas”. “Su familia tuvo que exiliarse en América como otras muchas familias vascas tras la Guerra Civil. En Euskadi apostó por el diálogo y el entendimiento, por el presente y por el futuro. Joseba Leizaola forma ya parte de la memoria y de la historia de este país”, concluyó.
Por su parte, el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, lamentó que “el año nuevo nos sorprende con una triste noticia, la muerte de Joseba Leizaola”. En un artículo difundido en las redes sociales, rememoró que “me unía a Joseba una relación placentera, como todo lo que rodeaba a este vasco-venezolano, abertzale tranquilo, hombre de convicciones profundas, pero sobre todo una persona buena”. Recordó que “ha sido miembro de esa generación eslabón entre los gudaris del 36 y el nuevo autogobierno vasco”, y le describió como “siempre comprometido con su país. En Venezuela, en la clandestinidad, en el renacer de la soberanía vasca, y hasta una vez retirado haciéndome llegar sus reflexiones sobre la actualidad política”, aseveró.
Ortuzar rememora además una anécdota que pone de manifiesto el carácter del histórico abertzale: “un día estábamos en Santiago de Chile, él, un exmiembro de la primera ETA y yo -describe-. El exmiembro de ETA nos contaba su periplo político por el mundo antes de recalar en Venezuela tras abandonar Euskadi en el año 63, huyendo de la policía franquista. Joseba, con su verbo gozo, mezcla del castellano del Caribe y del euskera, le contestó que precisamente en aquella época él decidió volver a Euskadi a trabajar en la clandestinidad dejando una acomodada vida como ingeniero en Caracas. Y vaya que si volvió. Y su compromiso fue total. En los años duros y en los de la esperanza”. El presidente del PNV concluye que “todos le vamos a echar de menos, sobre todo los de la mesa redonda del ba-tzoki del Antiguo que cada semana arreglan el mundo y nos asesoran a quienes ahora nos toca llevar las riendas del partido. Agur laguna, ez adiorik! Goian bego!”.
Al fallecimiento de Joseba Leizaola se refirió también Bakartxo Tejeria, actual presidenta del Parlamento Vasco, cargo que el histórico burukide desempeñó durante la práctica totalidad de la década de los 90. En un comunicado, expresó su pesar por “la pérdida de un hombre que ha vivido por y para Euskadi”. Tejeria afirmó además que “Joseba Leizaola es un claro exponente de una generación que, con su empeño y con su trabajo, ha hecho posible la reconstrucción de nuestro país, que hoy seamos lo que somos”. El alcalde de Donostia, Eneko Goia, se sumó asimismo al duelo y lamentó en Twitter que “hemos perdido a un auténtico euskaldun y donostiarra. Egun handirarte!”.