“Aún queda mucho para el partido. Me pondré más nervioso a medida de que vaya llegando”, desgrana Iker Larrazabal. El delantero de Amurrio es la sorpresa del Manomanista de Primera. Con la vitola de campeón de Serie B y arrancando desde la fase de octavos de final, el alavés es el único superviviente de la fase de eliminatorias de los cuatro pelotaris que quedan en liza en las semifinales. Juega este domingo en casa, en el Ogueta de Gasteiz, en busca de un puesto en la cita del 1 de junio en el frontón Bizkaia de Bilbao.

Iñaki Artola –que está rayando a gran nivel– será su adversario en busca de la primera final de Araba desde la última de Ogueta, en 1960. Es el choque más determinante de las últimas décadas para el territorio. “Son cosas que sueñas desde pequeño. Es el partido más importante de mi carrera”, reconoce también el poderoso delantero de 22 años.

Larrazabal admite que llega al “cien por cien”. “Todavía me queda un entrenamiento que haré seguramente el viernes. Estoy bastante bien de manos y mentalmente también”, explica el amurrioarra. La cuestión es que, una vez clasificado matemáticamente para las semifinales, disputó el tercer partido de la liguilla de cuartos de final, intrascendente, ante Javier Zabala y recibió un 22-7. Lo peor no fue el resultado. Terminó con la derecha tocada. “Acabar un partido con las manos mal siempre te da un poco de nervios. Me ha venido bien meter masajista y un poco de entrenamiento. Tengo la capacidad de recuperar las manos bastante rápido. He tenido una semana y estoy a tope”, reflexiona el alavés. 

Arnaitz Rubio

Un mes sin presión

Lo que está claro es que, pase lo que pase, el joven de Baiko tiene amarrada la condición de cabeza de serie para la edición de 2026. Buen premio. Aun así, es el momento de soñar. “Me tengo que creer ya que he llegado hasta aquí. Tengo que seguir así, haciéndolo bien, disfrutando de cómo estoy jugando. Es entonces cuando juego bien”, disecciona Iker. “He soñado muchas veces con la final del Manomanista. Cuando uno va pasando de ronda, siempre piensa en llegar hasta aquí. Es complicado. He ido paso a paso. Tengo que afrontarlo como un partido más y darlo todo”, explica. 

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De cara al enfrentamiento de este domingo, Larrazabal expresa que “Iñaki es el favorito”. “Al final, tiene que ganar él, pero creo que puedo hacerlo bien. En unas semifinales del Manomanista hay que ser un pelotari muy completo en todo, tanto física como técnica y mentalmente. Tendré que dar mucha velocidad a la pelota. Es un pelotari que alarga mucho la pelota con la derecha”, zanja el amurrioarra. Este tiempo se ha ejercitado junto a Eskiroz y Bakaikoa.