El Memorial Goñi ha superado este miércoles su ecuador y ya ha definido su hoja de ruta hasta la final con la disputa de la última jornada de cuartos, cerrada con sendas remontadas de Harkaitz Murua (22-18) y Zubizarreta-Garmendia (22-16), que cierran la parte baja del cuadro y se enfrentarán a Ibarluzea y Amiano-Elorz, respectivamente. El público ha vuelto a dar una magnífica respuesta a la propuesta pelotazale del frontón Beloki de Zumarraga y afila las garras de cara a unas semifinales que se presentan muy atractivas.

Aunque en los dos partidos los a la postre vencedores han sido capaces de darle la vuelta a marcadores que se les habían puesto muy cuesta arriba, el del acotado y el de parejas han sido bastante diferentes en su desarrollo. En la jaula de promesas, quizá por todo lo que había en juego, tanto Harkaitz Murua como Egurrola han tenido un arranque frío, repleto de errores, faltas de saque por ambos bandos incluidas, con lo que el marcador se ha movido en base a lo que uno y otro han regalado. Tras el empate a seis, ha sido Egurrola el que, acertando con el saque y también con algún buen tanto de aire en el txoko, primero le ha tomado la temperatura al partido, llegando a adelantarse 16-11, momento en el que el delantero de Altzo, al que el año pasado se le escapó la final por un solo tanto, ha solicitado un oportuno tiempo muerto que al que le ha sacado el máximo partido.

Ha vuelto a la cancha con el brazo mucho más suelto, le ha imprimido una velocidad más a la pelota y, no solo ha empatado el duelo a 16, sino que ha sido capaz de obtener un triunfo que le sigue permitiendo sacarse la espina del año pasado.

El duelo por parejas

El duelo de elites por parejas, por su parte, ha sido un encomiable ejercicio de resiliencia por parte de Zubizarreta-Garmendia, que en la primera parte del partido han sabido apretar los dientes para aguantar el chaparrón de Irribarria-Cuairán y superarles en la parte final, cuando la potencia del de Arama y el de Cortes se ha gastado de tanto chocar con el muro que hoy han formado los vestidos de rojo. Y es que, con el apoyo de Ekhi Irribarria, Javi Cuairán ha sometido a un auténtico calvario a un Garmendia al que se le acumulaba el trabajo ante tanto pelotazo. En el derbi goierritarra, ha sido el navarro el que ha llevado el peso del partido, abriendo muchos huecos y sin cometer ningún error.

Sin embargo, la pareja formada por los Beñat es de esas a las que hay que ganar, de las que no regala nada y hoy han tenido la consistencia suficiente para no dejarse ir en los momentos de asedio y terminar con la paciencia de sus rivales. Por mucho que el dominio de sus rivales era claro en el peloteo, han sabido mantenerse a cuatro-cinco tantos en los peores momentos y cuando han comenzado a fallar los azules, han tirado de instinto para no perdonar y a aprovechar la oportunidad. Si en gran parte del duelo el de Arama y el de Cortes han tenido una actuación inmaculada, al ver que no eran capaces de descolgar al ataundarra y el beasaindarra, se han enredado, han comenzado a sumar errores y se les ha escapado un triunfo que parecía suyo durante mucho tiempo.