eía el otro día que una presentadora se había negado a utilizar el "todes" porque ella "iba con la RAE". Más allá de otras apreciaciones que se le podrían hacer, decirle que lo tiene claro si tiene que vivir con jóvenes u adolescentes. Por vergüenza torera la mitad de las veces que no sé ni de qué hablan me abstengo de preguntar y, como decía mi madre -tampoco muy actualizada- para no parecer una "carroza" retomo el tema en el punto en el que he dejado de entender. A veces, como cuando lees en un idioma que no dominas y deduces el significado de una palabra en el conjunto de la frase, pillo lo que dicen y puedo incluso discutir, con lo que me gusta. Ahora tengo una palabra nueva en el vocabulario, que solo uso con mis hijos porque utilizándola en mi entorno sonaría como ese "tranqui tronco" que usaban a veces nuestros mayores y nos provocaba sonrojo. Pues la palabra es ni más ni menos que "pastau". Y no, no tiene nada que ver con las vacas, de eso nada. Lo pille a la primera, ¡buf qué librada!, porque me lo soltaron ante la televisión viendo el casoplón de no sé qué famosa. "Está pastada", me soltaron. Y viendo que no comía hierba deduje que me querían decir que estaba forrada de dólares. Pues nada, ahora toca esperar que me toque la lotería de Navidad para pasar a la categoría de los pastaus.