oy les hablo de los paladines de las causas nobles, hiperactivos en estos tiempos. Es complicado y hasta contraproducente discutirles nada, porque realmente defienden causas justas, el asunto es que algunos se han doctorado en tiquismiquismo y otros están pirados, sin más, y han encontrado un filón en aquello de la tolerancia cero. Ultras. Recientemente leí al académico y humorista británico Andrew Doyle que "los partidarios de esta justicia social son los matones de hoy en las redes y nadie se atreve a llevarles la contraria". Un like para él. En otra vertiente más light, la elite de estas masas bienintencionadas, la que no agrede se aferra a la ultracorrección política como forma de vida y lo mismo levita sobre el resto de los mortales, que etiqueta paletos en prime time bajo la denominación de "la España profunda" mientras imparte lecciones desde su España superficial, de pose y maquillaje. Sin arrugas a la vista. Digo España, pero aquí tampoco nos libramos. En Gipuzkoa, sin ir más lejos, hay al menos un señor que siendo un auténtico mentecato (no le exime tener carrera), luce cientos de seguidores en redes sociales y ha hecho oficio de aplaudir a los suyos y criticar a los demás sin ton ni son. El temario es amplio y los enemigos no tienen derecho a réplica en su parlamento.