Actor y soñador irreductible que nos ha dejado con apenas 65 años: Al dolor por su tan temprana pérdida se une la desazón al comprobar que, con notables excepciones como la de mi casa, su muerte ha sido un apunte apresurado y nada destacado en los supuestamente medios de referencia. Supongo que, como tantas veces, tampoco tenemos nada de lo que sorprendernos. Al fin y al cabo, en su trabajadísima carrera, no llegó a hacer un gran protagonista. Y eso pesa a la contra mucho más que una trayectoria de campanillas en teatro, cine y televisión. La escena vasca tiene una deuda eterna con usted y estoy seguro de que se la compensará de uno u otro modo. A la espera del homenaje, que será también acto de desagravio, me quedo con el recuerdo de un tipo que siempre puso al mal tiempo buena cara. DEP