Hoy toca guateque monárquico en Diestralandia. La heredera de la corona española se paseó ayer por territorio hostil y eso hay que celebrarlo. “Leonor se reivindica como Princesa de Girona en Figueras”, titula La Razón en primera. En la letra pequeña se glosa el garbeo como la prueba del nueve de que el procés está en las últimas: “Que el independentismo languidece dan buena cuenta las protestas, o, más bien, la falta de ellas, ante las visitas de la Casa Real. Incluso en el extremo más independentista de Cataluña, Girona, apenas fueron ayer capaces de congregar a 150 personas. De hecho, casi hubo más entidades convocantes que convocados”.

La princesa Leonor y la infanta Sofía ‘recuperan’ la provincia de Gerona”, ulula un titular destacado de Libertad Digital. Debajo, el cronista Pablo Planas narra poco menos que la reconquista: “Unas trescientas personas han recibido a la princesa y la infanta con banderas españolas y eslóganes a favor de la monarquía y de España. Mucho menos numerosa ha sido la concentración de protesta convocada por los partidos separatistas y las entidades Assemblea Nacional Catalana (AN) y Òmnium”.

El digital ultracatólico El Debate no lo cuenta de modo muy diferente. “Decenas de catalanes reciben con aplausos a la Princesa en Figueras: «El futuro es Leonor»”, reza el titular de una pieza que arranca tal que así: “La Princesa Leonor ha sido recibida este domingo en Figueras con una pancarta en la que se leía «El futuro es Leonor». En torno a 150 vecinos han secundado el llamamiento de Concordia Real Española, Convivencia Cívica Catalana y Societat Civil Catalana para dar una cálida bienvenida a la heredera y a su hermana, la Infanta Sofía, en su visita a la localidad gerundense. No han faltado las banderas y los «vivas» a España y al Rey”.

“Figueres, rojigualda por la Princesa Leonor”

El Mundo

El Mundo titula en primera “Figueres se vuelca con la princesa”, aunque al llegar a la información del interior el encabezado lleva más ardor: “Figueres, rojigualda por la Princesa Leonor”. La cronista, Marina Pina, se muestra entregada: “Un momento histórico, pues es la primera vez que la Princesa de Asturias y de Girona marca su sitio como heredera en un territorio que parecía vetado para la Familia Real. En 2017 declararon a Don Felipe persona non grata y desde 2018 los Premios Princesa de Girona no se celebran en la ciudad. También fue un momento de normalidad institucional, para que la Casa Real regrese a Girona, aunque no del todo. De hecho, hoy los galardones se entregarán en Cornellá de Llobregat, pues la Fundación no ha pedido al ayuntamiento gerundés permiso para hacerlos en Girona”.

Como complemento, una pieza firmada por Eduardo Álvarez, el opinador más monárquico del diario de Unedisa. Lleva por título “Un gran gesto de afirmación monárquica”. Les copio y pego al azar uno de los párrafos: “De la debilidad de España como Estado dice mucho que no se hayan aprobado cuantas normas sean necesarias para que el Gobierno de la Nación pueda disponer ya sea en Girona, en Zamora o en Torrevieja de un espacio público para la organización de un evento con la consideración de interés general”.

"Cataluña debe estar en la agenda de la Corona como parte sustancial que es de España"

ABC

En ABC, como no podía ser de otro modo, el acontecimiento merece honores de tres cuartos de primera plana. Como primer encabezado, este: “Leonor honra en Gerona su título de Princesa”. Debajo, la puntilla: “Viaja por primera vez al territorio más radical del independentismo para mostrar la normalidad institucional”. Y como resumen y corolario, esta frase del editorial: “Cataluña debe estar en la agenda de la Corona como parte sustancial que es de España, ni más ni menos española que cualquiera de las autonomías y ciudad autónomas que la componen”.

Les termino con el ganador de los juegos florales a mayor gloria de la primogénita de Felipe VI y Letizia Ortiz. Se trata de Miquel Giménez, que describe así en Vozpópuli la gesta de la joven: “La luz vuelve a asomar entre las múltiples rendijas del escenario separatista, ajado y ruinoso, y es por esos intersticios de vida y de realidad por los que se filtra la esperanza de un futuro no muy lejano en el que todos los catalanes podamos de nuevo bailar una sardana sin importarnos quién nos da la mano, reconociéndonos como lo que somos, hermanos. Es la civilización y el Seny que tanto precisa mi tierra la que se ha paseado por Figueras colgado de la sonrisa de esta augusta muchacha”.