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Sanidad: es más lo que nos une

Sanidad: es más lo que nos uneN.G.

Durante cinco largos días, un cólico renal me encadenó al dolor. Descubrí lo lentos que pueden pasar los minutos cuando el sufrimiento te muerde por dentro y miras el gotero, esperando a que el analgésico pare los mordiscos. Volví a confirmar la importancia de ser cuidado. Me sentí atendido y acompañado por las explicaciones y las miradas de los profesionales sanitarios. Experimenté la tranquilidad de tener una atención sanitaria de calidad y calidez. Y todo esto ocurrió en mi hospital de referencia que es una clínica privada pero que, gracias a los contratos con la administración, nos permite ejercer nuestro derecho a una sanidad universal, gratuita y, en mi experiencia, de calidad. Me sorprende que los acuerdos entre lo privado y lo público que se aceptan y defienden para derechos como la educación, se demonicen para la sanidad. Al igual que la privatización, per se, no soluciona problemas, sino que los puede crear, que algo se publifique tampoco garantiza que por arte de magia mejore. Muchos defendemos lo público. No tantos que la única forma de conseguirlo sea apartando la iniciativa privada y sólo con funcionarios. La demanda social mayoritaria, el gran punto en común entre quienes van a manifestaciones y quienes no, está clara: atención para todos, gratuita y de calidad, para las personas y para los profesionales que la ejercen. Sin embargo, se nos busca confundir y hasta enfrentar. Se quiere, y más ahora, aprovechar la preocupación social por la sanidad para armar un paraguas reivindicativo cuyas varillas no siempre están hechas de ese interés general compartido, sino de otros objetivos legítimos, pero de parte, cuando no personales. Protestemos y discutamos cada quien como quiera, garantizando el respeto y orientando cualquiera de esas acciones a la defensa del bien común sobre la base de lo mucho que nos une y no de lo que nos divide.