l nuevo curso escolar que hoy arranca en Euskadi para 370.000 alumnos, así como profesores y otros profesionales educativos y familias, se perfila como un año académico de transición debido a la incidencia que aún tiene la pandemia del covid-19, pero en absoluto puede ser un curso de trámite. Los retos a los que se enfrenta en un futuro próximo la comunidad educativa y la sociedad vasca en general en el ámbito de la enseñanza son lo suficientemente relevantes y han de ser abordados con igual ambición como para que nadie pueda permitirse el lujo de perder un tiempo irremplazable. Hace un año, el curso se iniciaba con miedo, dudas e incertidumbre. De hecho, y pese a los protocolos y medidas puestas en marcha por el Gobierno Vasco para prevenir el virus y garantizar la presencialidad, los sindicatos convocaron una huelga en la Educación vasca bajo el lema “Por un retorno seguro a las aulas”. El tiempo demostró la plena eficacia de las medidas, que posibilitaron que el 99% de las clases permaneciesen abiertas, y ratificó el verdadero motivo del paro, que no era otro que el desgaste del Gobierno y una especie de aviso a navegantes al nuevo consejero, que llevaba apenas unos días en el cargo. La exitosa experiencia del año pasado posibilita que hoy la situación sea radicalmente distinta, sin que ello suponga que pueda bajarse la guardia. Las medidas de prevención continúan siendo prácticamente las mismas, lo que garantiza una presencialidad máxima. Además, se reanudan también las actividades extraescolares y el deporte escolar sin mayores limitaciones. A ello hay que añadir que la CAV y Navarra mantendrán la contratación de los docentes de refuerzo del curso pasado, lo que supone un soporte importante en la actual situación. La masiva vacunación tanto para el global del profesorado y resto de profesionales como de los alumnos -más del 80% tiene ya la pauta completa-, lo que refleja la extraordinaria implicación y responsabilidad del conjunto de la comunidad educativa vasca, junto al protocolo anticovid, permiten garantizar un curso lo suficientemente normalizado. Pese a que se desarrollará con plenas garantías, este no será aún un curso pospandemia porque el virus continúa entre nosotros pero, gracias a un gran esfuerzo colectivo que es obligado reconocer y subrayar, permitirá avances hacia la ansiada normalidad y en los muchos desafíos pendientes.