Lo que es repugnante

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Hizo bien Pablo Iglesias cuando saltó en su escaño para preguntar quién había dicho a Pablo Echenique "es repugnante que tú defiendas esto" durante el debate de la eutanasia. A un amigo se le defiende y a un fascista se le achica el espacio. Cualquier espacio. Todos los espacios. Y punto. El vicepresidente del Gobierno se ha disculpado en Twitter porque, vale, tal vez fuese poco decoroso y nada protocolario, pero fue una reacción normal y sana. Desde luego, mucho más sana que el pensamiento de quien mira a Echenique y solo es capaz de ver a un tullido o un discapacitado. Eso es lo repugnante.

¿Y estos son los sensibles?

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Dice David García-Asenjo en Twitter que no hay palabras para responder a José Ignacio Echániz, quien aseguró en televisión que la eutanasia "es un intento clarísimo de ahorrar costes. La eutanasia es una política de recortes". No tiene razón García-Asenjo: sí que hay palabras pero no pueden reproducirse en un periódico ni en Twitter si uno quiere mantener un poco las formas. El razonamiento del diputado del PP no sorprende, porque ya sabemos que son capaces de lo peor, pero indigna e invita a preguntarse: ¿y estos son los que van de sensibles ante el dolor, el sufrimiento y la vida?

Están enfermos

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El periodista de Libertad Digital, Luis del Pino, tuiteaba su testamento vital después del debate parlamentario sobre la eutanasia: "No autorizo a nadie a que me acorte la vida ni un segundo. Mientras tenga vida, seguiré luchando. Y no he pagado impuestos toda mi existencia para ahora permitir a los golfos que nos gobiernan que se ahorren ni un solo mes de mi pensión. Os jodéis, cabrones". Sin duda, Del Pino, Echániz y el que gritó a Echenique están enfermos. Pero espero que nunca lo estén verdaderamente tanto como para plantearse la eutanasia. Una eutanasia que como opción ya es un alivio.