Vale, que nos cuenten lo que pasó
Ya están grabando los nuevos capítulos de Cuéntame cómo pasó, una serie que el pasado martes cumplió quince años, los mismos que los atentados de las Torres Gemelas del 11-S. Desde entonces, han sucedido muchas cosas en el mundo y también en la televisión. Para empezar los de Cuéntame han superado los 300 capítulos y son de largo la serie de más edad. Nació con el derrumbe de un mito y ella misma ha sobrevivido al escándalo televisivo de engaños a Hacienda y paraísos fiscales. Ya me imagino que a los Alcántara les estarán escribiendo frases como “a ver Mercedes con qué cara me presento yo el lunes en la oficina”, “pues con la tuya Antonio, con la tuya”. Es lo que les pega. La serie es un ejemplo de lo que pasa en la política. La frase de que aquí no dimite ni Dios, también es extensible a la televisión. Está claro que una mala audiencia puede echar por tierra cualquier proyecto, pero se perdonan unas malas prácticas. Así estamos construyendo esta sociedad. Desde luego que los primeros en hacerlo son los dirigentes políticos de partidos como PP y PSOE que han gobernado en una democracia que ha resultado, después de tantos años, que no era tal. Si los políticos pueden seguir funcionando después de mentir, defraudar, estafar o robar por qué no van a hacerlo los demás. Una lección que me imagino estará también en los guiones de Cuéntame, que de una u otra manera han intentado fijar la grandeza de una Transición que ahora vemos fue un argumento que manejaban muy frecuentemente los más cercanos a la corrupción, de la misma manera que en su momento se negó a reconocer al Gobierno detrás del GAL y hay quien insinúa que contra ETA se vivía mejor. Dicen que en la temporada 18 de Cuéntame vuelve Toni, hacía de periodista en la ficción y estaba detrás del terrorismo de Estado. Ya estamos en 1986 y tiene buena oportunidad de hablar de la corrupción desde el principio con Felipe González. Porque algo se nos escapó. ¿No creen?