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Acojonan y lo saben

Bueno, ya sabíamos que Isabel se moría porque su biografía narra que lo hizo en 1504 y no ya por el rigor histórico demostrado en la serie. Sería divertido que puestos a inventar su personalidad, le alargaran la vida. Lo cierto es que el pasado miércoles 26 hicieron los 510 años de su fallecimiento. Y me temo que nada más lejos del aspecto de aquella reina casi anciana de 51 años que el que le ha transmitido la actriz Michelle Jenner con ese aire de adolescente inglesa y ese ligero acento francés que le pone a su interpretación. Un error básico de casting que ha hecho imposible a algunos tomarse en serio esta historia. Tal que si de Madrastra la interpretara Cenicienta o si Bestia se transformara en Bella. Una trampa que echa por tierra el cuento y las intenciones de los cuentistas que han vendido su imagen y peripecias durante medio milenio y aún siguen.

Aunque para cuento de terror, el vivido el pasado domingo en las calles de Madrid y en las aguas del Manzanares, donde asesinaron -o dejaron morir que en el fondo da igual- a un aficionado del Deportivo. De pronto, todo el mundo pareció darse cuenta de lo que eran capaces esos descerebrados que frecuentan los estadios de fútbol. Un deporte que si no lo mata el dinero y algunos medios de comunicación, acabaremos odiando quienes todavía visitamos de vez en cuando las gradas y somos testigos del espectáculo de esos grupos seudofascistas que acceden a los campos escoltados por la policía mezclados entre los simples aficionados. Mastuerzos fanáticos que lo mismo te escupen mientras lanzan un saludo nazi que le clavan una esquirla del asiento a quien pasa a su lado. El tema es muy viejo. Tanto que ir al fútbol se ha convertido en toda una irresponsabilidad para los adultos que somos capaces de llevar niños y arriesgar sus vidas. No hay más que escuchar sus gritos en las gradas. Acojonan y lo saben.