ESTABA cantado y la solución a la situación de quiebra del periódico era la crónica de una muerte anunciada y se produjo cuando se había agotado la paciencia de los consejeros del grupo, que veían impotentes la deriva de un periódico con un timonel enloquecido que veía sirenas donde había acantilados y hacía de las personas de buena fe cíclopes a derribar en su continua y agónica batalla mediática. Algunos periódicos han titulado erróneamente el cambio en la dirección del segundo periódico de la capital del imperio como sustitución, donde ha habido una pura y dura destitución, porque el cesado director no quería abandonar la nave ni por miles de litros de aceite hirviendo que derramasen sobre sus maduras carnes. Es lo que ocurre con las direcciones mesiánicas, que se creen impelidas a funciones y papeles superiores a las propias de un medio de comunicación en concurrencia democrática en el siglo XXI. El riojano siempre fue acérrimo defensor y practicante del periodismo al estilo norteamericano como cuarto poder en el entramado institucional de los estados modernos. Y con esa visión y misión del ejercicio informativo hizo de la crítica al poder, crisol básico de sus tratamientos informativos, descubriendo casos de flagrante abuso de poder, como los actos de terrorismo de Estado, corrupción y otros similares en la podrida jungla de la sociedad española, así como defensor de las víctimas del terrorismo y flagelo de las atrocidades terroristas. Le cegó la pasión informativa y destrozó las contabilidades empresariales y nunca cejó en sus planteamientos y tozudeces y todo ello, dirá él, en defensa de la libertad de expresión, información y crítica política y social. Los italianos dijeron basta y se acabó. Genio y figura hasta la sepultura. Así quiso ser el caballero andante de la aldea global.