ayer se pudo ver lo que son las tablas y el aplomo en la presentación de Vicente Vallés en su primer informativo de Antena 3. Vallés es el eterno adolescente. Apenas le ha cambiado la voz y a pesar de sus canas da la sensación de haber pactado con el diablo su permanente aspecto de estudiante aventajado de un máster carísimo y en inglés de Cambridge. Se presentó al lado de Mónica Carrillo, posiblemente la mujer más camaleónica de la historia de los servicios informativos televisivos. Si hace un año a Mónica le notamos cierto parecido a Letizia Ortiz, ahora ha adquirido un inquietante look que recuerda a Michael Jackson (pero ojo, el de los buenos tiempos de Billie Jean, donde hacía el moonwalk, aquel famoso paso de break dance que todos hemos intentado imitar alguna vez con mayor o menor fortuna). Este informativo rompe los espacios y tan pronto aparecen sentados a la mesa como de pie al fondo, justo delante del Croma Key donde hablan con los corresponsales y muestran los mapas y gráficos con los que pretenden hacer más visuales sus noticias. No queda claro si el posicionamiento político se lo repartirán a partes iguales Mónica y Vicente. Ayer, en el primer informativo de la semana, hablaban con pasión de la ventaja de 14 puntos con la que cuenta el PP y lo gran presidente que será Mariano Rajoy. Eso sí, en TVE, Ana Blanco, la periodista que lleva dos décadas en el telediario sin que le cambie la largura del flequillo, hablaba de que la peor sanidad pública la ofrecían en Madrid y Valencia, dos comunidades donde, casualmente, gobierna el PP. Las cadenas se han quitado las venda (¿o eran las pinzas?) de la objetividad. Con flequillo o con piruetas imposibles, nos aguarda mucha tralla electoral.