Tras mucho jugar al despiste, el actor y director de cine Casey Affleck finalmente ha reconocido que el documental I"m Still Here (Todavía estoy aquí), que recoge el día a día de su cuñado Joaquin Phoenix, es una farsa. Que Joaquin Phoenix estaba actuando y que su descenso a los infiernos que tan real parecía era una interpretación, brillante se mire como se mire, deslumbrante. En cualquier momento sale Clint Eastwood -perdón, María Teresa Fernández de la Vega- y nos anuncia que en realidad José Luis Rodríguez Zapatero está actuando y que su frase "los parados que hacen cursos de formación están trabajando para el país" forma parte de un documental sobre los efectos que a medio y largo plazo produce respirar los ácaros de las alfombras de los despachos. No digo que sea sencillo dirigir un país, pero el bueno de ZP podría, al menos, no elevar al grado de categoría maestra prácticamente cada una de sus frases he- chas, porque, aunque parezca imposible, se supera día a día y no quiero ni pensar qué nos puede decir de aquí a que se diluciden las elecciones de 2012. Lo mismo se arranca la careta de goma y de debajo sale Walter Matthau, que en gloria esté, y acabamos por comprenderlo todo, que era todo un experimento, que no nos preocupemos, que sigamos "trabajando para el país" y que la película se estrena en 2013 y que los parados, presentando el correspondiente carnet, podrán verla gratis. No sé, siempre se ha dicho que el ejercicio del poder desgasta tanto el cerebro -menos que estar parado, eso sí- que conforme pasan los años los dirigentes se despegan sin darse cuenta del suelo y sólo aterrizan cuando vuelven a la vida civil -bueno, menos Aznar, que está aún más colgao-. Esperemos pues que ZP recobre el juicio cuando deje de torturarnos con esta película sin fin.
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