la peineta de Aznar oscureció el pasado jueves al acto más español y que mejor define las esencias patrias que he visto en mucho tiempo: un bilbaino meándose en las cabezas de unos cuantos belgas. No me digan que no era una imagen enternecedora. ¿Que os reís porque tenemos la mayor tasa de paro de Europa? Toma tres zuritos. ¿Que os jode que nuestra juventud pose orgullosa con la camiseta de su selección mientras la vuestra no llega ni a las fases finales? Ahí van dos txakolis. ¿Que os puede que estos seis meses sean Zapatero y los suyos los que manden en Bruselas? Nosotros les hemos aguantao los 66 meses anteriores y no nos quejamos tanto, carajillo abajo. Un patriota, incontinente pero patriota. Los empleados de San Mamés, que no llegaron a apercibirse de que tenía la makila al aire libre, le frenaron en sus ansias defensivas, como queriendo arroparle: "ten cuidao, que son europeos, a ver si te van a dar seis meses de baja por paternidad". Mucho se ha dicho y escrito sobre el dedo de Aznar, una simple constatación de su incapacidad para soportar a los broncas que hay en todas partes, pero poco conocemos del pene vizcaino: ¿de quién es, iba solo o tenía cómplices, fue un acto instintivo o una acción premeditada, prefiere Pásalo o Aspaldiko? Este periódico debería ponerse en contacto con ese pene -chorra, peneuve, chorracinco, qué más da- inmediatamente y conocer sus impresiones de primera mano, no me malinterpreten. Un pene que es capaz de enfrentarse él solo a decenas de enfurecidos belgas a pesar de las bajas temperaturas y de tener que soportar al día siguiente los comentarios de toda la oficina por fuerza tiene que ser un pene especial, con cosas importantes que decir. Merecería por lo menos contar con una peana al lado de Puppy: Si me frota me ilumino.