San Lorentzo y Mendiko kale pasarán por el 'quirófano' de las reformas urbanísticas. El primero ha iniciado una nueva fase de su remodelación, mientras que el segundo inicia la cuenta atrás para mejorar su aspecto y funcionalidad. Los trabajos en ambas zonas se prolongarán durante los próximos meses y suman, entre las dos actuaciones, una inversión de 1,06 millones de euros (sin IVA), enmarcada dentro del plan integral de accesibilidad que ha diseñado el Ayuntamiento de Oñati.
"Seguimos construyendo un pueblo para todas y todos los oñatiarras aplicando una política de accesibilidad inclusiva. Este mismo año se ha reforzado este compromiso con un aumento de las inversiones, lo que ha permitido avances significativos", apunta la alcaldesa, Izaro Elorza.
Obras en San Lorentzo
El barrio de San Lorentzo inició hace tiempo su lavado de cara, que desde esta semana afronta una nueva fase (la última de mayor dimensión), que abarca la zona entre Eltzia y la entrada al barrio de Larraña. La intervención incluye la mejora de aceras para garantizar el paso accesible a los portales, la disposición al mismo nivel de las áreas peatonales y la calzada en los pasos de cebra, y la sustitución de escaleras por rampas en los puntos que lo permiten.
"San Lorentzo reúne a muchas personas de edades y perfiles muy diversos, por lo que es necesario actuar de manera planificada y por fases. Esta ha sido la apuesta del Consistorio estos últimos años", destaca el concejal de Urbanismo, Iñigo Ruiz. Estos trabajos traerán consigo un desembolso de 778.000 euros y su plazo de ejecución es de doce meses.
Comunicar Errekalde con el centro de un modo "accesible y natural"
La accesibilidad es, asimismo, la clave de la intervención urbanística que va a acometerse en Mendiko kale, con el objetivo de comunicar el barrio de Errekalde con el centro del municipio de un modo “accesible y natural”. Esta calle histórica ha recibido actuaciones puntuales, especialmente relacionadas con infraestructuras, y ahora se abordará de manera integral. "Aunque también se renovará la superficie, la mayor parte de la obra se realizará bajo tierra, dada la necesidad de adecuar las infraestructuras", precisa Ruiz.
El proyecto incluye la construcción de nuevas aceras, la sustitución de la rampa y las escaleras, y la creación de una zona verde para mejorar la habitabilidad y la cohesión urbana. Las obras está previsto que arranquen este mes con un plazo de cuatro meses para su materialización (estarán concluidas en marzo si todo va bien), y un coste de 286.000 euros.
"Se trata de acondicionar una calle accesible, segura y agradable, que mejore la calidad de vida de las personas que viven en ella y promueva el bienestar de todas las que la transitan", añade Ruiz.
Ambos proyectos han sido adjudicados a la empresa Construcciones Artzamendi.