Por lo que leemos, la población mundial ya esta próxima a los 8.000 millones y se prevé que llegue a los 10.000 millones en el año 2050. Esta explosión demográfica pone en peligro la existencia de todos los seres vivos del planeta incluido el causante del problema. Muchos de los recursos del mundo son finitos y difíciles de compartir con otras especies.

Es evidente que el ser humano lleva al mundo a su destrucción. Y en un mundo con exceso de población humana, nuestros políticos buscan el crecimiento económico mediante el crecimiento poblacional, lo cual es un anacronismo y un sinsentido, pues en un país pobre como este un incremento poblacional por sí solo, solo trae más pobreza.

Así, se premia a quien tiene hijos cuando se debería premiar a quienes no los tengan, y evitar que quienes procrean sin medios vivan de los recursos asignados a su prole para su educación, sanidad y manutención. El despropósito es tan grande que a falta de un crecimiento poblacional propio se fomenta la llegada masiva de inmigrantes que aportan poco más de lo que reciben y ponen al límite los recursos disponibles aumentando la población necesitada.

La única explicación para justificar todo esto es que son muchos los que viven gracias a tanto necesitado, ONG incluidas, y para ellos como bien se dice no hay mal que por bien no venga y ande yo caliente ríase la gente, y ello aun cuando su dicha tenga fecha de caducidad y arrastre al mundo a su destrucción.