La falta de vergüenza

Hay que carecer de vergüenza por completo para esperar la pregunta de un ultraderechista disfrazado de periodista sobre un bulo (la despenalización de la zoofilia en la nueva ley de bienestar animal, que nunca estuvo penalizada en España) y responder que cómo vas a comprobar si el animal da su consentimiento en una relación sexual, que es la base de la ley conocida como “solo sí es sí”. Esa falta de vergüenza la ha demostrado Iván Espinosa de los Monteros en una rueda de prensa en el Congreso. Y esa falta de vergüenza y la puesta en escena son el botón de muestra de cómo es su actividad política y la de Vox en general.

No debemos normalizarlo

En el PSOE están encantados con que Vox marque el paso de la oposición, con presentarse como el antagonista de la ultraderecha. Y la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, es la que permite que personajes como Javier García Isac se disfracen de periodistas y, con una acreditación del canal en YouTube de Javier Negre, pongan en bandeja preguntas como la de la zoofilia a Espinosa de los Monteros. Antonio Maestre en Twitter presenta muy bien al personaje. Y aunque sé que correlación no conlleva causalidad, creo que en el “debe” del PSOE sí tenemos que poner su permisibilidad hacia Vox por interés.

Muy bien esto de Rufián

Vox es un partido de sinvergüenzas, además de fachas. A los hechos me remito: no tiene vergüenza Espinosa de los Monteros y no la tiene Javier Ortega Smith cuando presenta una reforma de ley para que los prófugos de la Justicia no puedan presentarse a unas elecciones… Siendo como es él un prófugo de la justicia gibraltareña junto a Santiago Abascal. Ambos han sido condenados por haber puesto una bandera española en un espigón. Y fue Gabriel Rufián el que, con tino y de una manera muy gráfica y muy bien explicada, lo expuso en el Congreso. De lo fachas que son en Vox también hay ejemplos de sobra.

Primero, lo importante

Entiendo la propuesta del parlamento europeo para prohibir que se vendan vehículos a motor a partir de 2035. Pero creo que, una vez más, se pone el foco en la ciudadanía de a pie en vez de en los grandes contaminadores: las y los millonarios. El fotógrafo Leo Amaya reaccionaba en Twitter a la noticia sobre la prohibición con un pantallazo sobre los más de 200 aviones privados que salieron de Arizona después de la Superbowl. Eso es lo altamente contaminante, mucho más que coches y furgonetas. Y contra ellos hay que ir primero incluso por una cuestión de legitimidad. Apretar a quien va a pagar un eléctrico con dificultad no es nada social.

Ya ni se tapan

La FIFA ha otorgado a Arabia Saudí la organización del mundial de clubes, esa competición que sustituyó a la Intercontinental y que no ha generado, de ninguna manera, más interés que su predecesora. Después del Mundial de Qatar, que pese a todo salió estupendamente en lo futbolístico y en lo televisivo (que es lo que importa porque con la televisión va la publicidad), ¿por qué no entregar otra competición a otro jeque, emir o dictador, en última instancia? La FIFA y las federaciones nacionales toman sus decisiones poniendo el negocio por encima del fútbol. Yo solo digo que los que haríamos lo contrario somos muchas y muchos más.