El puerto
Repetir con vehemencia los argumentos de los superiores, para que al final estos cedan, sería hacer el ridículo.
Resulta curioso. En pocos años hemos pasado de polemizar sobre la conveniencia de construir un puerto exterior en Pasaia, incluso de discutir acerca de reivindicaciones de clausurar su actividad industrial y reconvertirlo en otra cosa, a debatir si su desclasificación como infraestructura de interés general es deseable o no. Nada que ver con las trifulcas sociales de antaño, máxime si tenemos en cuenta que quienes andan ahora a la gresca son los dos partidos que gobiernan en coalición, tanto en Lakua como en la Plaza de Gipuzkoa.
Los socialistas, en boca de José Ignacio Asensio, advierten que suprimiendo el actual estatus se perderían, amén de puestos de trabajo, tráficos como el de vehículos. También que se debe cuidar el tráfico internacional, que también decaería. Contestan los jelkides que, bajo la clasificación que ahora proponen suprimir, Pasaia ha pasado de situarse en la mitad de la tabla a estar prácticamente en puestos de descenso, valga el símil futbolístico. Añaden que la crónica situación de estancamiento cambiaría a mejor bajo gestión directa vasca. Por último, desmienten las afirmaciones de Asensio, aportando datos sobre otros puertos del Estado que no son de interés general.
Sinceramente, de momento no tiene uno conocimiento suficiente para fijar postura. Pero repasando el historial de disputas entre estos dos partidos cuando se trata de traspasar competencias, gestiones e infraestructuras, surgen dos inocentes preguntas. La primera, si la posición de los socialistas vascos sería la misma si en España gobernara la derecha. La segunda, si están estos preparados para el caso de que, quién sabe, Madrid termine por dar su brazo a torcer y acepte la petición de desclasificación. Y es que, repetir con vehemencia los argumentos de los superiores, para que al final estos cedan, sería hacer el ridículo. Tanto como pretender apuntarse luego el tanto por algo en lo que decían no creer. No sería la primera vez. Ni la segunda, ni la tercera.