El próximo 9 de junio estamos llamados a las urnas para decidir los representantes en el Parlamento Europeo para la legislatura 2024-2029. Un lustro decisivo para el proyecto comunitario teniendo en cuenta la situación y el contexto mundial e interno de la propia Unión Europea. Convendría, por tanto, que tuviéramos todas y todos claro qué nos jugamos en estos comicios, cuál es la agenda de temas prioritarios, problemas reales, desafíos y también oportunidades que debemos afrontar. Lo digo porque es probable que algo tan obvio se les olvide a los candidatos que van a hacer campaña electoral, instruidos por sus partidos para que los mensajes y debates se planteen en el patio de corrala nacional y en los ruidosos rifirrafes a los que nos tienen acostumbrados. Exigir que nos hablen de su proyecto para Europa es garantizar el proceso democrático y, sobre todo, poder saber a quienes creemos en las instituciones europeas, que es lo mismo que decir, el lugar donde se toman las decisiones más importantes políticas de nuestro día a día.

Debates centrales

Es evidente que la agenda europea tiene un larguísimo repertorio de cuestiones que van a ser fruto de materia legislativa en los próximos años. Pero podríamos decir que tres son los grandes bloques de temas a tratar: la seguridad y la defensa, lo que tiene que ver con el papel que la UE debe jugar en el mundo; la democracia, los derechos y los valores europeos, entre los que no podemos dejar de lado nuestro reto demográfico o el asilo y la migración y, por último, la senda de equilibrio en la toma de decisiones entre la sostenibilidad medioambiental y la competitividad de nuestra industria y, en suma, de nuestra economía. Poner en el centro del debate esto es vital para no caer en el reñidero en torno a supuestos casos de corrupción, insultos de mandatarios del otro lado del Atlántico o la gobernabilidad de territorios del Estado.

Geopolítica, democracia y pacto verde

Hace cinco años si hubiera escrito este artículo, la seguridad y defensa no habría ocupado más de dos líneas, pero la realidad de la guerra en Ucrania, la crisis de Gaza y el antagonismo creciente en Estados Unidos y China, han puesto a la geopolítica en el centro de la agenda. Y, sin embargo, pese a que no le dábamos importancia, la última legislatura ha demostrado que la democracia, los derechos y valores europeos son el verdadero ADN de la Unión Europea, lo que le da sentido de pertenencia, que obliga a todos sus miembros y que también tiene que ver con la gestión del asilo y refugio, es decir, del reto demográfico y el desafío migratorio al que venimos enfrentándonos desde hace ya varias décadas.

El binomio sostenibilidad y competitividad nos lleva al territorio de la lucha contra el cambio climático, el famoso Pacto Verde europeo, vanguardia mundial en el afán de descarbonización del Planeta, pero también a las consecuencias que las medidas adoptadas están teniendo en la competitividad global de la economía y la industria europea. De cómo hagamos esa transición, que debe ser socialmente justa, depende la suerte de las generaciones venideras.

Preguntas clave

Pero, además, los electores deberíamos llegar al 9 de junio con respuestas claras de las distintas fuerzas políticas a tres preguntas fundamentales para saber cómo será nuestro futuro institucional europeo: la primera, las alianzas posteriores a las elecciones, ¿cuál es su posición?, ¿debe mantenerse las mayorías tradicionales que ha habido hasta ahora, en torno a populares, socialistas y liberales, o es partidario de abrirse a nuevas alianzas? o lo que es lo mismo, cinturón sanitario a la ultraderecha o colaboración de la derecha con ellos. La segunda, ¿cuál es su posición respecto a la elección del presidente o presidenta de la próxima Comisión Europea? ¿Debe ser mediante el sistema de Spitzenkandidat, elegido por el Parlamento Europeo, a quien votamos los europeos o debe ser el Consejo Europeo directamente, esto es, los presidentes de los gobiernos? Y la tercera, ¿qué plazos y que condiciones considera que debe tener el proceso de ampliación de la Unión Europea ante los Estados cuyo proceso de adhesión ha aprobado el Consejo Europeo? Lo demás son intentos de distracciones. Los Milei, Begoñas, Koldos, and cía, para otro momento, por favor, o como en los encierros, dejen trabajar a los dobladores.