Un nuevo bombardeo masivo ruso puso este lunes en evidencia las múltiples carencias de la defensa antiaérea ucraniana durante la guerra, lo que coincide con el retraso de medio año en el suministro de los cazas F-16 por parte de Dinamarca. Al menos cuatro civiles murieron en otra jornada en la que el Ejército ruso martilleó los cuatro puntos cardinales de la geografía nacional, según informó la Fuerza Aérea ucraniana.

El ejército ruso lanzó 51 misiles, de los que las baterías antiaéreas sólo derribaron 18, un porcentaje de acierto mucho más bajo de lo habitual. Los ocho drones kamidaze Shahed sí fueron abatidos en su totalidad. Dos personas murieron en la región occidental de Jmelnitski y otras dos en Dnipropetrovsk (centro) y Járkov (noreste). Zaporiyia también registró el impacto de los misiles rusos, que causaron desperfectos en edificios administrativos, viviendas, negocios, centros educativos y gasolineras.

Demanda de Zelenski

Al dirigirse el domingo a los participantes en una conferencia de defensa en Suecia, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, volvió a demandar sistemas antiaéreos, aduciendo que “si Rusia pierde el control del cielo, perderá todo su poder en el campo de batalla”.

“Carecemos de defensa antiaérea tanto en el frente como en las ciudades a lo largo del país. Hubo 500 ataques en varios días. Sí, pudimos repeler casi todos gracias a nuestros socios, más del 70%. Pero es insuficiente”, señalo.