Ucrania admitió ayer una situación difícil en el frente, si bien anunció la recuperación de otros 37 kilómetros cuadrados en el este y sur del país, mientras que Rusia aseguró que las tropas ucranianas pierden fuelle y que el motín de los mercenarios del grupo Wagner no afectó la labor del Ejército ruso en el terreno.

“La semana pasada fue difícil en el frente. Pero estamos progresando. ¡Seguimos adelante, paso a paso!”, indicó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, especificó que en el este del país las tropas de Kiev han mejorado su posición táctica y alineado la línea del frente tras recuperar nueve kilómetros cuadrados en esta dirección en la última semana.

En el frente sur, en Zaporiyia, las fuerzas ucranianas tuvieron éxito en su ofensiva en dirección de las ocupadas ciudades de Melitópol y Berdiansk y reconquistaron 28,4 kilómetros cuadrados. De esta forma, las tropas de Kiev han liberado 158,4 kilómetros cuadrados desde el 4 de junio, cuando lanzaron la contraofensiva.

El gobernador interino impuesto por Rusia en la región de Zaporiyia, Yevgueni Balitski, señaló ayer que la situación cerca de Oríjiv “sigue siendo tensa” con intensos ataques ucranianos diarios. A la vez insistió en que “el enemigo no tiene éxitos”. Balitski, recientemente condenado en ausencia a 15 años por un tribunal ucraniano, aseguró que Rusia ha causado 20.000 bajas en las filas ucranianas.

Por otro lado, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, sostuvo ayer en una videoconferencia con el mando de su departamento que, “en general, el enemigo no logró sus objetivos en ninguna dirección” del frente. El general de Ejército aseguró que la abortada rebelión armada protagonizada hace diez días por el Grupo Wagner “no afectó a las acciones de la agrupación de fuerzas” rusas. “Los militares continuaron resolviendo valiente y desinteresadamente las tareas que se les asignaron”, dijo.