La primera celebración del Columbus Day en Estados Unidos tuvo lugar el 12 de octubre de 1792 en New York, con motivo del 300º aniversario de la llegada de Colón a América. Organizado por la Orden Colombina, sus integrantes querían honrar la herencia italoamericana del país. Desde entonces ha sido un día dedicado a celebrar la herencia italiana en la Costa Este. 100 años después, el presidente Benjamin Harrison proclamó el 21 de octubre de 1892 como el “Día del Descubrimiento”, reconociendo a Colón como “el pionero del progreso y la iluminación”.

Se propuso celebrar el American Indian Day en 1900 y en 1915, pero sin efectos. No obstante, presionado por la Orden de los Caballeros de Colón, el presidente Franklin D. Roosevelt proclamó el 12 de octubre como Columbus Day en 1937, pero no sería hasta 1971 cuando el segundo lunes de octubre se convirtió oficialmente en día festivo a nivel federal.

Naciones Unidas consideró proclamar el Día de los Pueblos Indígenas en 1977 y, en 1990, la Conferencia Internacional sobre Discriminación contra las Poblaciones Indígenas recomendó reemplazar Columbus Day por el Día de los Pueblos Indígenas, y en 1994 Naciones Unidas declaró el 9 de agosto como Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo. Coincidiendo con el 500º aniversario de la llegada de Colón, la ciudad de Berkley (California) fue la primera en celebrar de forma oficial el Día de los Pueblos Indígenas; fue asimismo una de las primeras entidades públicas en denunciar el homenaje a un hombre que había abierto las puertas a la conquista, colonización y asimilación de los nativos americanos.

“Mirar al futuro juntos”

Actualmente, catorce estados y 130 localidades han decidido no celebrar Columbus Day o reemplazarlo por el Día de los Pueblos Nativos en los Estados Unidos. South Dakota, tierra de los sioux, fue el primer estado en tomar esta decisión bajo el lema “todos debemos aprender a sobrevivir juntos”. En 1989, el gobernador George S. Mickelson proclamó que 1990 fuera el “Año de la Reconciliación” y la primera celebración del Día de los Nativos Americanos se llevó a cabo en el Crazy Horse Memorial: “No podemos hacer retroceder el reloj –dijo–. Solo podemos mirar hacia el futuro juntos”.

Algunos estados, incluidos California, Ohio y Maine, han propuesto reemplazar el Columbus Day por el Día de los Pueblos Indígenas, pero no han aprobado las medidas aún. Otros estados como Tennessee, Washington y Texas celebran ambos días. En junio de 2021, el gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró el segundo lunes de octubre como el Día de los Pueblos Indígenas y la segunda semana de octubre como la Semana de los Pueblos Indígenas. El estado celebra asimismo el Día de la Herencia Indígena Estadounidense el último viernes de septiembre. El gobernador de Nevada, Steve Sisolak, ha declarado el 23 de septiembre como Native American Day en 2022. Sin embargo, estas celebraciones no reemplazan a Columbus Day.

A nivel local, la ciudad de Los Ángeles canceló la celebración de Columbus Day en 2017 y Washington DC hizo lo mismo en 2021. Biden se convirtió en el primer presidente en proclamar oficialmente la celebración del Día de los Pueblos Indígenas en 2021: “Hoy también reconocemos la dolorosa historia de errores y atrocidades que muchos exploradores europeos infligieron a las naciones y comunidades indígenas. Aspirar a superar estos episodios vergonzosos de nuestro pasado, enfrentarnos a ellos con honestidad, sacarlos a la luz y hacer todo lo posible para darles una solución es una medida de nuestra grandeza como nación”.

Día de los nativos americanos

Algunos pueblos nativos celebran el Día de los Nativos Americanos, y son cada vez más los que conmemoran el día de sus propias naciones.

Convencido de que estaba pisando Asia, el 12 de octubre de 1492 Colón desembarcó en una pequeña isla del Caribe. Aunque no fue el primer europeo en cruzar el Atlántico, su viaje supuso el inicio de siglos de exploración y explotación. La conquista supuso colonización, esclavitud y genocidio, una parte de la historia del continente que los libros han escondido hasta hace muy poco.

Pero el problema cardinal no es el pasado sino el presente y el futuro de estas naciones. “La doctrina del descubrimiento” continúa encadenando a los pueblos indígenas a un pasado de opresión y continúa afectando a su identidad y a su desarrollo cultural, político y socioeconómico. 500 años de doctrina compiten contra apenas unas décadas de lucha por los derechos de estos pueblos. La “fantasía colombina” continúa siendo contraproducente: Colón llamó “indios” a los nativos americanos y cinco siglos después se les sigue llamando “indios”.

“La lógica de la conquista” encierra valores inhumanos de muy diversa naturaleza. La Carta de Savona de Michele da Cuneo, escrita en 1495, es uno de los primeros ejemplos de ello: “Apresé una caníbal bellísima y el Señor Almirante (Cristóbal Colón) me la regaló. Yo la tenía en mi camarote y como según su costumbre estaba desnuda, me vinieron deseos de solazarme con ella. Cuando quise poner en ejecución mi deseo, ella se opuso y me atacó en tal forma con las uñas, que no hubiera querido haber empezado. Pero, así las cosas, para contaros todo de una vez, tomé una soga y la azoté tan bien que gritó como ni os imagináis. Finalmente nos pusimos tan de acuerdo que baste con deciros que realmente parecía amaestrada en una escuela de putas”.

En aquella ocasión Colón ordenó apresar a unos 1.600 hombres y mujeres. “Cargamos los 650 mejores hombres y mujeres en las carabelas el 17 de febrero de 1495. En cuanto al resto, se declaró que quien quisiera algunas de ellas podía tomarlas como quisiera, y así se hizo. Cuando todos fueron abastecidos, quedaban aproximadamente 400 a quienes se les permitió ir a donde quisieran. Entre ellos había muchas hembras con niños de pecho, las cuales, por escapar de nosotros, temiendo que las volviéramos a coger, abandonaron a su suerte a sus hijos, dejándolos en tierra y huyendo desesperadas”. Unos 200 de los nativos que embarcaron para ser vendidos en el mercado de esclavos de Cádiz murieron en el viaje, y sus cuerpos fueron arrojados al mar. Como nativos y no nativos, como hombres y mujeres, como adultos y menores y, en fin, como seres humanos, debemos condenar estos hechos y no celebrarlos. Tal como expresó Terra Trevor en 2020, “aparte del hecho de que soy descendiente de Cherokee, Delaware y Seneca, también soy algo más: soy mujer”, una razón más para oponerse a la celebración de Columbus Day.

Heridas sin cicatrizar

La conmemoración de la doctrina del descubrimiento alimenta el imaginario de esta narrativa colonial. Exaltar la conquista y las masacres que le fueron consustanciales no ayuda a que cicatricen las heridas. Conmemorar Columbus Day no es la vía para buscar soluciones, no es la manera de generar valores sociales sobre los que edificar la convivencia entre los pueblos, no es la forma de fortalecer las sociedades nativo-americanas que aún están seriamente afectadas por 500 años de genocidio. Las ceremonias son una parte esencial de los procesos de rehabilitación social, pero la celebración de Columbus Day simplemente entierra cualquier opción de enmienda, reparación y cura: Es un reflejo más de la capacidad del conquistador de glorificar el magnicidio, una apasionada exaltación del fanatismo y de todo lo que hace de este mundo un lugar menos humano y menos habitable.