madrid. Al menos nueve personas fallecieron ayer en el Himalaya nepalí, entre ellas el alpinista catalán de 43 años Martí Gasull, y cuatro más están desaparecidas después de que un alud barriese dos campos de tiendas situados en el Manaslu, la octava montaña más alta del mundo (8.163 metros). Según informaron fuentes oficiales y de los equipos de rescate, la rotura de un gigantesco serac (masas inestables de hielo) explicaría las dimensiones de la catástrofe, que barrió las 25 tiendas del Campo 3, situado a 6.800 metros, y una docena de ellas en el Campo 2. (6.300 metros), por lo que las autoridades nepalíes temían que hubiera varios desaparecidos. Desde el ministerio de Turismo del Nepal indicaron que un total de 231 alpinistas extranjeros recibieron permisos para escalarla durante la temporada de otoño, que finaliza en noviembre
Según las mismas fuentes oficiales, el alpinista catalán fallecido escalaba en solitario junto a un sherpa nepalí, que sobrevivió y pudo ser rescatado. Su muerte eleva a 25 el número de montañeros españoles fallecidos en expediciones en la cordillera asiática.
lista de accidentes El primer fallecido del que se tiene constancia mientras escalaba el Himalaya fue Jordi Matas, quien perdió la vida en 1971, aunque el suceso más grave sufrido en estas montañas se produjo el 16 de octubre de 2001, cuando fallecieron cinco escaladores vascos arrastrados por un alud en el monte Pumori de Nepal: los navarros Aritz Artieda, Javier Arkauz y César Nieto y los guipuzcoanos Beñat Arrue e Iñaki Ayerza. Años antes, el 27 de septiembre de 1987, cuatro escaladores catalanes, Toni Sors, Segi Escalera, Frances Porras y Antoni Quiñones, fueron sepultados por un alud mientras escalaban el Lhotse Shar (8.383 metros).
El 1 de mayo de 1990, los equipos de rescate localizaron los cadáveres de tres montañeros españoles, Myriam García, Jesús Eladio y Miguel Angel Lausín, que habían perdido el contacto con su guía hindú cuatro días antes, cuando se dirigían al monte Meru Nort (6.450 metros). Aunque la mayoría de las muertes fueron producidas por accidentes, en algunas casos se debieron a enfermedades que la altitud pudo causar o agravar, como le sucedió a Juan Leza en 2001, aquejado de un edema pulmonar causado por el mal de altura.
En mayo de 2008 el pamplonés Iñaki Ochoa de Olza murió también en el Annapurna después de permanecer cinco días a 7.400 metros de altitud afectado por una lesión cerebral complicada por otra pulmonar.
Además del alpinista fallecido ayer, en 2012 también perdió la vida Juan José Polo Carbayo, un médico barcelonés residente en Tenerife quien, tras hacer cumbre en el Everest, falleció el 19 de mayo por agotamiento cuando descendía por la vertiente china a unos 8.300 metros.
Según precisaron los propietarios de dos agencias encargadas de programar las escaladas en el céntrico distrito de Gorkha, donde se encuentra la montaña, entre los muertos hay también al menos un alpinista alemán y otro italiano.