“Somos muy buenos jugando a lo que jugamos, pero, si jugamos a otra cosa, las transiciones nos cuestan más”, explicó Luis Enrique cuando hablaba del tramo final del partido que le empató Alemania (1-1), cuando su equipo concentró en ese tramo sus estadísticas más bajas de pases, desmarques, recepciones o avances con la pelota frente a la presión de su rival, que provocó su mayor cantidad de pérdidas en campo propio en 2022.

España perdió 114 posesiones durante el duelo, según las estadísticas avanzadas de Be Soccer, inigualables a lo largo de sus diez partidos precedentes en 2022, cuando el máximo fueron las 108 que cedió en la derrota en la Liga Naciones contra Suiza (1-2) del pasado 22 de septiembre, seguidas por las 105 del triunfo por 2-0 contra la República Checa del 12 de junio de este mismo año. En sus dos choques con Portugal, por ejemplo, no superó las cien: 91 en el 0-1 del pasado mes de septiembre y 96 en el 1-1 de junio.

En el partido del domingo, bajo la influencia de la presión arriba de Alemania, 49 fueron en campo propio. Un 42,98 % del total. No hay ninguna comparación a la altura en 2022. El promedio es de 25,85 %. El punto más alto en ese recorrido es el 36 % contra Jordania en un amistoso justo antes del Mundial. En competición oficial, el 34,38 % ante Portugal. En todo este año, antes de su enfrentamiento con Alemania, jamás rebasó las 33 perdidas en campo propio.

La intensa presión alemana aplacó a España, sobre todo a su medio campo. A Gavi, cuyo gen competitivo es formidable, cuya precisión, talento y responsabilidad con la pelota son irrebatibles, sea cual sea el escenario, lo rebajó a tres progresiones en todo el duelo; un uno contra uno, una con oposición y otra sin ella. A Pedri, Alemania lo dejó en seis, en todas ellas incordiado por algún rival. Alemania provocó 101 pérdidas de España, por las 79 que generó La Roja, según la FIFA.

En los números que valoran las acciones de presión del partido, los cinco primeros puestos están acaparados por Alemania: Thomas Müller, Jamal Musiala, Serge Gnabry, Josuha Kimmich y Thilo Kehrer. Lo sintió España, sobre todo en su centro del campo, tan vigilados y acechados como estaban tanto Pedri como Gavi. También Sergio Busquets en la salida de la pelota. “Nos ha faltado finura y frescura durante todo el partido”, admitió Luis Enrique. Alemania ejerció 387 presiones defensivas por 275 de España.

El doble de pases que Alemania

Sustancialmente por encima en pases en el global del encuentro (565 entregas de España por 281, menos de la mitad, de Alemania), también en la posesión (56% por el 33% de los teutones, con el margen restante del 16% en disputa, según la estadística avanzada oficial de la FIFA), el tramo entre los minutos 81 y 85, cuando llegó el gol de su rival, apenas conectó diez pases, su cifra más baja por franja del encuentro, aunque ya había indicios antes.

“Cuando conseguimos adelantarnos en una gran acción y un gran remate hemos acompañado el modo pánico de Alemania, a la que sólo le valía ganar. Ha metido delanteros, empezó a jugar a idas y vueltas y nosotros no hemos estado tranquilos para llevar el partido donde queremos. Nos ha faltado un poco de poso, de tranquilidad”, asumió Luis Enrique, cuyo equipo rebajó sus cifras de pases todo el segundo tiempo, especialmente en esa etapa. También la cantidad de sus desmarques, 15, por debajo de todas las cifras anteriores, o de recepciones, con nueve. Y, sobre todo, sus números de progresiones con el balón decayeron de forma visible con la ventaja en el marcador, en ese ida y vuelta que propuso entonces Alemania: desde el minuto 65 hasta el 90, sin contar el añadido, España solo lo hizo cuatro veces por las trece de su oponente.

En una comparación con todas las franjas del choque, hasta el gol, España logró más avances con la pelota que después, con el pico más alto en el comienzo del segundo tiempo, con cuatro entre los minutos 51 y 55. “Nos ha faltado finura y frescura. La primera parte fue más completa, generamos más que el rival. La segunda fue más espesa”, valoró Luis Enrique. Su equipo ganó la posesión a Alemania en todo el encuentro, pero con más énfasis en el primer acto (55% a 29%) que en el segundo: 45% a 39%.