Síguenos en redes sociales:

Mesa de Redacción

Juanma Molinero

Adjunto a la dirección

Bocazas

BocazasN.G

En uno de los capítulos de The Pitt, mejor serie dramática en los recientes Premios Emmy, un joven ingresa en estado muy grave en Urgencias. A su lado están sus padres. El médico les explica las lesiones que sufre y cómo van a tratarlas, y a cada afirmación la mujer responde consultando en su móvil qué se dice sobre cada tratamiento. Cuando el doctor habla de realizar una punción lumbar (si hay alguna médico en la sala, que me corrija porque el argot que gastan no es para profanos en la materia) la madre clama al cielo y agota la paciencia del galeno, harto de que le ponga mil pegas. La escena es una buena muestra de los tiempos en los que vivimos, en los que hay gentes que dan más credibilidad a los que les diga San Google que a su médico de cabecera. Y luego están los bocazas, con Donald Trump al frente de todos ellos. Cuando más grande es el altavoz del que disponen, más grande es también la ocurrencia. Cual vendedor de crecepelo del Oeste, el otro día este negacionista de manual vinculó el consumo de paracetamol durante el embarazo con el desarrollo del trastorno del espectro autista. No hay una sola evidencia científica que demuestre semejante relación, pero qué más da. A Trump y compañía, que viven de los bulos y las fakes news las verdades del barquero les sobran.