Gipuzkoa ha denunciado 24 posibles delitos ante la Fiscalía desde 2021 por disparar a aves protegidas

Desde 2021 hasta hoy, el Servicio de Flora y Fauna de la Diputación Foral de Gipuzkoa ha registrado un total de 36 casos de aves no cinegéticas que han sido tiroteadas en Gipuzkoa, pertenecientes a 18 especies distintas. En 30 de estos casos, se trató de aves protegidas.

En cuatro casos, los más graves, se disparó a especies en peligro de extinción y en otros doce, a especies consideradas "raras"

Los casos más graves son los cuatro que afectaron a especies catalogadas como “En peligro de extinción”: tres milanos reales y un alcaraván. Hablamos de “animales cuya supervivencia es poco probable si continúan los factores que causan su situación actual”.

También se consideran de gravedad las doce que afectaron a especies clasificadas como “Raras”, aves “con poblaciones escasas o distribución muy limitada, aunque sin riesgo inmediato de extinción”. En este caso, las víctimas más recurrentes son el halcón peregrino (5 casos) y el azor común (3).

La mayoría de los casos se han producido en la zona de Bidasoa-Txingudi y Oarsoaldea (9 de 36). Y algunos de los más graves.

2021 fue el año con más casos

El mayor número de casos se produjo en 2021, con 11 registros, seguido de 2023, con 9. Hubo 8 en 2022, que son los mismos que se han registrado en el último año y medio (6 en 2024 y 2 en 2025).

Desde 2021, el servicio de Fauna y Flora de la Diputación ha remitido a Fiscalía un total de 24 expedientes. Se trata de los casos más graves, cuando se considera que los hechos pueden constituir objeto de delito. 

La Diputación señala la dificultad de identificar a los autores; sólo en el 14% de los casos es posible determinar la autoría del disparo

De las 36 aves no cinegéticas tiroteadas en total, 30 cuentan con algún grado de protección, bien por estar incluidas en el Catálogo Vasco de Aves Amenazadas (CVEA), en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), que incluye especies merecedoras de protección por su valor científico, ecológico, cultural o por estar incluidas en directivas y convenios internacionales.

Esto pone de manifiesto “la gravedad de los hechos y la necesidad de intensificar las medidas preventivas”, según asegura el diputado de Equilibrio Territorial Verde, Xabier Arruti, en una respuesta parlamentaria por escrito a la portavoz de Elkarrekin Podemos en las Juntas Generales de Gipuzkoa, Miren Echeveste.

La cigüeña de Ibarra

Como ejemplo de las actuaciones, se adjuntan los informes que conforman el expediente del caso de un alcaraván -especie catalogada como “En peligro de extinción”- en Orio en noviembre de 2024, donde se deja constancia del proceso, desde el informe de la guardia municipal, hasta el archivo provisional de expediente por parte de la Fiscalía.

En el caso de la cigüeña blanca, que fue derribada en septiembre de 2023 en Ibarra, ésta sufrió heridas graves, pero finalmente pudo ser curada y liberada. En la mayoría de los casos, el resultado es de muerte.

Arruti subraya en su respuesta la dificultad que supone identificar al autor de los disparos contra especies protegidas. 

De todos estos episodios, “únicamente se logró determinar la autoría e iniciar el correspondiente procedimiento sancionador” en cinco casos. Es el 14% de los casos, mientras que el otro 86% se va de rositas. 

Sin testigos

Esto sucede, explica Arruti, por la “dificultad que supone identificar al autor de los disparos contra especies protegidas”, ya que “los tiroteos suelen producirse en zonas alejadas de núcleos poblacionales, donde la presencia de testigos es escasa”.

Además, añade, “en muchos casos las aves no caen en el mismo lugar donde fueron alcanzadas, sino que pueden recorrer grandes distancias antes de desplomarse en áreas alejadas”. Y, como consecuencia, en el momento y lugar del hallazgo, los responsables del disparo ya no se encuentran en las inmediaciones, lo que complica determinar y demostrar la autoría”.

Entre los cinco cazadores identificados por disparar a etas aves, la casuística es diferente. Se logró identificar en primer lugar a un cazador en Ezkio-Itsaso por matar un mirlo (Turdus Merula) el 2 de noviembre de 2021. 

Otro en Lezo, por matar una Bisbita pratense, un ave de interés especial el 7 de noviembre del mismo año.

En Lazkao, el 26 de octubre de 2022, fue identificado otro cazador por matar un mirlo sin autorización.j

Y otra persona en Leintz Gatzaga, por herir de gravedad un pico picapinos que finamente murió (Dendrocopos major)fel 31 de octubre de 2024 

Pero el caso más grave de los que se pudo identificar se registró en Errezil: un cazador que mató un Milano Real (Milvus milvus), especie en peligro de extinción el 8 de enero de 2022.

El milano real es un ave rapaz que tiene una longitud de 60 a 65 centímetros, una envergadura alar de entre 140 y 170 centímetros, y es fácilmente reconocible por la forma de la cola, muy ahorquillada. 

Gipuzkoa, refugio del milano real

El Milano Real es, precisamente, una especie que parece haber encontrado refugio en Gipuzkoa, donde su población se está recuperando desde que en 2016 la Diputación Foral de Gipuzkoa Gipuzkoa activó un protocolo para compaginar la gestión forestal de los pinares (insignis), donde anida, con la protección de esta ave rapaz. Los nidos se han duplicado desde entonces.

La península ibérica recibe un aumento de la población en invierno, ya que es receptora de la mayor parte de los milanos reales que crían en el centro de Europa y que buscan pasar el invierno en zonas con un clima más suave. 

Desde la aplicación del protocolo en Gipuzkoa, el protocolo se ha activado periodo 2016-2022 este protocolo se ha aplicado 23 veces (23 nidos), con una compensación económica total de 64.638 euros a propietarios forestales por conservar los árboles donde nidifica, lo que ha permitido salvar 37 pollos de la especie. 

Según datos ofrecidos por la propia Diputación, “sin la aplicación del protocolo, la productividad de la especie en Gipuzkoa descendería de 1,2 polluelos/pareja a 1,0, lo que en especies amenazadas puede tener un fuerte impacto demográfico”.

En el último Censo de los Milanos Reales Invernantes llevado a cabo a nivel Europeo (2024), en Gipuzkoa se detecatron 32 dormideros en los que se contabilizaron 838 ejemplares, un incremento muy notable respecto a 2023 (432).