Vaticina el señor Juan Roig, presidente de Mercadona, que las cocinas desaparecerán de nuestros hogares para 2050 y yo voy más allá y creo que quizá antes nos hayamos extinguido como especie de lo atontaos que nos hemos vuelto. “Listo para comer, cocinamos por ti”. El lema de esta cadena de supermercados es tentador, sin duda. Vivimos sin tiempo y, claro, es tontería ‘perderlo’ en cocinar, cuando podemos emplearlo en fantasear y planificar otro viaje para el próximo puente: nos lo merecemos.
Nuestra inquietud viajera y compradora nos sitúa en un punto extraño en el que ya uno tiene la sensación de estar echando su vida a perder si deja pasar un fin de semana “sin hacer nada” o si no recorre el mundo en vacaciones. Pero yo bendigo el deporte infantil, sobre todo el fútbol, que nos ata en casa el fin de semana y da sentido, aunque sea de sacrificio, a nuestra aburrida vida: la de los que no podemos vivir al ritmo de las mamás viajeras y aún así creemos ser felices.
Cansinos y despistados
Somos la sociedad de la paja en el ojo ajeno y el mundo por montera: regulamos hasta lo cansino y absurdo en clave ecológica, pero hace años que somos insostenibles en espíritu. Desde que vivimos en el exceso, que es desde cuando menos valoramos todo lo que tenemos. Así que estresados, pero viajeros, y pronto con la comida lista en la mesa. Guay.