Suélteme el brazo y responda si quiere guerra. Yo ya, no más. Si quiere vaya usted, o mande a su progenie, aunque todos sabemos que la carne de cañón será la de siempre, la que menos tiene. Igual ha olvidado que votó en contra de que la permanencia del Estado español en la OTAN o quizá es demasiado joven y nadie le ha explicado que Euskadi votó que no a aquello. No fue el único que no quería saber nada del tema, en 1991, tras la caída del Muro, Rusia y EEUU pactaron que la OTAN jamás se expandiría al Este de la Alemania unificada. Los intentos de desestabilizar la zona de los yankees a partir de los 2000 incumpliendo dicho y posteriores pactos, en cambio, llevaron al Euromaidán, al inicio de la guerra en 2014, a que el Gobierno ucraniano bombardease a su población en el Donbass durante casi una década, a que Rusia invadiese Ucrania en 2022, a que fuerzas pro-OTAN reventasen el Nordstream 2 y a que usted y a mí nos subiesen el gas. Un millón de muertos sobre la mesa de muestran que ninguna paz será justa, por mucho que digan los titulares. ¿Por qué rearmar Europa cuando se puede reindustrializar para hacer frente a los imperialismos? Así, las grandes empresas guipuzcoanas dejarían de usar productos chinos y gente como yo no tendrá que ser bautizado como el Recluta Patoso de turno.